En la última década, el incremento en la popularidad de los cigarrillos electrónicos y productos de vapeo como alternativas supuestamente más seguras al tabaco convencional ha sido notable, especialmente entre los más jóvenes. Sin embargo, el Dr. Aitor Asensi, neumólogo de la Policlínica Gipuzkoa y responsable del Taller de Tabaquismo, advierte sobre la falsa percepción de inocuidad de estos dispositivos. Según él, tanto los cigarrillos electrónicos como el tabaco en todas sus formas constituyen una grave amenaza para la salud pública, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, respiratorias y varios tipos de cáncer. El uso de estos dispositivos se ha cuadruplicado en los últimos seis años, a pesar de los serios peligros que suponen para la salud tanto a corto como a largo plazo.
El inicio en el hábito tabáquico suele darse a una edad temprana, alrededor de los 14 años, momento en el cual los adolescentes son particularmente susceptibles a la influencia de productos de vapeo. Estos dispositivos, que a menudo se promocionan como herramientas para dejar de fumar, en realidad contienen numerosas sustancias tóxicas y carcinogénicas. El Dr. Asensi resalta que el uso de cigarrillos electrónicos puede llevar a adicciones incluso más fuertes que las causadas por otras drogas, dada la presencia de nicotina en su composición.
Más del 85% de los casos de cáncer de pulmón están directamente relacionados con el tabaquismo, según el especialista, quien añade que el tabaco es un factor significativo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, bronquitis crónica y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), entre otras. El especialista enfatiza que, lejos de ser una práctica inofensiva, el vapeo puede derivar en una «doble adicción», elevando el riesgo de contraer enfermedades graves a largo plazo.
Este problema no afecta únicamente a quienes consumen activamente estos productos, sino también a los expuestos pasivamente a sus emisiones. Estudios indican que la exposición pasiva incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y cáncer de pulmón en no fumadores, siendo especialmente preocupante la situación de los niños expuestos, dado que esto puede incrementar los casos de asma, neumonías y otras infecciones respiratorias.
Ante esta realidad, el Dr. Asensi insta tanto a fumadores como a usuarios de cigarrillos electrónicos a tomar conciencia de los riegos asociados a estas prácticas y a buscar ayuda especializada para dejar de fumar. Con el atractivo diseño y una amplia variedad de sabores, es fácil entender por qué los cigarrillos electrónicos son populares entre los adolescentes. No obstante, es crucial que tanto adultos como jóvenes comprendan que ninguna forma de tabaco es inocua y que todas suponen un riesgo significativo para la salud.