La relación institucional entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y las autoridades de Ciudad Real ha perdido eficiencia, según la delegada de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en la provincia, Blanca Fernández. Esta pérdida de eficacia llega tras los cambios de liderazgo en la Diputación provincial y el Ayuntamiento de la capital, que anteriormente seguían una hoja de ruta concordante y ahora, según Fernández, carecen de decisiones tomadas de forma compartida.
Durante una entrevista con Europa Press, Fernández ofreció su perspectiva sobre las dinámicas actuales de cooperación. Aunque mantiene que el diálogo y el entendimiento siguen presentes y que «no se han roto las costuras de nada», también expresó su preocupación sobre que la Diputación, bajo su actual administración, ha estado incursionando en «jardines innecesarios» que han resultado en «situaciones incómodas a ayuntamientos pequeños».
La delegada reportó las inquietudes de 38 alcaldes de la provincia, quienes sienten que el apoyo previamente ofrecido por la Diputación ha menguado, y ahora enfrentan la obligación de contribuir financieramente a algunas convocatorias, lo cual no ocurría en el pasado. Blanca Fernández hizo un llamado al presidente de la Diputación para que asuma plenamente su responsabilidad en asistir a los ayuntamientos y minimice los obstáculos para ellos.
Además, Fernández lamentó la ausencia de una «estrategia provincial de fondo» que en el pasado permitía el desarrollo conjunto de estrategias para fomentar el turismo y que actualmente ella considera inexistente bajo la nueva dirección.
No obstante, aseguró que las inversiones planificadas en el marco de la Estrategia Ciudad Real 2025 continúan su curso. La iniciativa, consistente en inyectar 50 millones de euros en la capital, incluye proyectos como el traslado a la Ciudad Administrativa, la creación de una pasarela a Miguelturra y mejoras en la zona universitaria, además de la rehabilitación de un edificio histórico que, según Fernández, el Partido Popular pretendió derribar.
En respuesta a las críticas del alcalde de Ciudad Real, Paco Cañizares, sobre la potencial vacancia de edificios en el centro con la mudanza a la Ciudad Administrativa, la delegada recalcó las ventajas de consolidar los servicios en un único espacio y aludió a la necesidad de colaboración para el uso de estos edificios. Fernández retó la coherencia del alcalde, instándolo a ser consecuente con sus peticiones y enfoque en la centralidad de la ciudad.
Por último, sugería que el edificio de calle Alarcos se transformase en un espacio para el movimiento asociativo local, ofreciendo colaboración para ello, y declarando que está en manos del alcalde asumir la inversión requerida para su rehabilitación y uso adecuado.
