Ruta por el Toledo de Galdós
Este año se celebra el Centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós , figura íntimamente ligada a Toledo desde que en 1870 publicó en la Revista de España la serie de artículos titulada “Las generaciones artísticas de la ciudad de Toledo” .
En su novela “El audaz” gran parte de su acción es toledana y después Toledo surge en muchos de sus libros, principalmente en los dos Episodios nacionales de la segunda serie “Los apostólicos” y “Un faccioso más y algunos frailes menos”. Culminando su amor por la ciudad en la novela “Angel Guerra”.
Es por esto por lo que proponemos esta ruta por algunos de los lugares que Galdós frecuentó durante sus estancias en la ciudad imperial.
La ruta está definida en tres zonas con lugares próximos entre sí que pretenden hacer más cómodo el recorrido, durante el cual aparecerán ante nuestra vista múltiples lugares de interés.
Comenzaremos la ruta en la Calle Santa Isabel nº 14 donde vivió el autor y escribió la segunda parte de “Angel Guerra” y en cuya fachada , a instancias de Gregorio Marañón se colocó una placa, rindiendo así un homenaje al escritor, con una inscripción redactada
por Ramón Pérez de Ayala.
Fue su gran amigo el pintor Ricardo Arredondo quien le recomienda esta pensión de las hermanas Figueras (doña Agustina y doña Benita)
También se alojó durante sus visitas habituales a Toledo en la Fonda del Lino
situada frente a la Iglesia de las Santas Justa y Rufina. Fonda que años más tarde se convertiría en el Hotel Lino y mas tarde en la sede de una entidad bancaria y donde se puede ver una placa conmemorativa colocada a iniciativa del Hogar Canario de Madrid.
Algo alejada del casco histórico , otro lugar donde se alojó en varias ocasiones fué la Finca La Alberquilla en la vega del Tajo y cuya vivienda es un singular edificio de de estilo neomudéjar y desde donde se desplazaba la ciudad en una galera de cuatro ruedas tirada por dos caballos guiada por Hermenegildo con el que entabló una magnífica amistad.
La Catedral fue uno de los monumentos predilectos de Galdós y que conoció en profundidad gracias a la amistad que mantuvo con Mariano, el campanero (incluido como personaje en la novela ”Angel Guerra”).
Edificio del que el escritor decía que era “una enciclopedia de las catedrales” y ”la expresión más gallarda del arte cristiano que existe en el mundo” y cerca de donde se encuentra la Posada de la Santa Hermandad (que era confundido por el autor con el de la Santa Inquisición) y donde sitúa en su obra “El audaz” al revolucionario Martín Muriel.
Gran parte del itinerario por la ciudad eran las iglesias y conventos que conocía a la perfección. Pero posiblemente su convento preferido fue San Juan de la Penitencia donde las monjas le permitían tocar el órgano.
Y no muy lejos de este convento se encuentra el de las Jerónimas de San Pablo del que habla en su obra “Memorias de un desmemoriado” y donde se conserva el alfanje con el que se cuenta que fue degollado San Pablo y que las monjas le dejaban y con el que afilaba la punta de su lápiz.
Próximo a este convento sitúa el autor de “Angel Guerra” la vivienda del tio Anchuras en el Callejón de Doctrinos.
Mientras que la vivienda familiar de Leré, el más importante personaje femenino de la novela lo sitúa en la Calle Plegadero, cercana al Pozo Amargo y la Iglesia de San Andrés.
Volviendo sobre nuestros pasos y en dirección hacia la Plaza Mayor , donde se encuentra el Teatro de Rojas se encuentra el Callejón del Locum donde se sitúa en la obra , la vivienda de Angel Guerra. Y ya de camino hacia la céntrica plaza de Zocodover pasamos por la calle Hombre de Palo donde existía un café que frecuentaba Pérez Galdós con su íntimo amigo Ricardo Arredondo.
Zocodover era un lugar que no le gustaba nada por antiestética tal y como la definió en su obra “Las generaciones artísticas de Toledo” y donde según Angel Guerra, “los forasteros sufren acoso”.
Desde esta plaza aparece majestuoso el edificio del Alcazar por el que Galdós sentía fascinación y del que habla en su obra “Las generaciones artísticas de Toledo” en “El audaz” y en “Memorias de un desmemoriado” donde propone lo bueno que sería convertirlo en hotel.
Continuando nuestro itinerario nos dirigimos a la cercana Calle de la Plata nª 25 donde los tres amigos, Galdós, Hurtado de Mendoza y Arredondo visitaban con asiduidad la casa propiedad del tio del escritor Francisco Navarro Ledesma (actualmente Subdelegación del Gobierno) y frente a la cual se encontraba la Fonda del Lino en la que como ya dijimos anteriormente fue uno de los sitios donde se alojó Benito Pérez Galdós cuando visitaba Toledo.
Desde esta Plaza de la Ropería y si continuamos por la calle Cadenas hasta la plaza de San Nicolás y al iniciar la calle Alfileritos a poca distancia descubrimos la Cuesta de Agustín Moreto, un callejón sin salida , donde se sitúa la casa del cura don Juan Casado,
personaje de “Angel Guerra”.
Una tercera zona de la capital toledana por la que caminaremos en esta ruta (en esta ocasión, de manera virtual debido a las circunstancias por las que atraviesa nuestro país), que no pretende en modo alguno ser exhaustiva será la que parte del Paseo del Tránsito, inmerso en el barrio de la judería y que tanto atraía a Galdós y en cuya cercanía sitúa varios de sus personajes de “Angel Guerra” y “El audaz”. Barrio del que decía que era un sitio idóneo para la revolución.
Una vez atravesado el Paseo del Tránsito a poca distancia se encuentra Roca Tarpeya (actualmente sede de la Real Fundación de Toledo) donde el escultor Victorio Macho tenía su taller en el que esculpió la expléndida imagen de Pérez Galdós , instalada en el parque del Retiro de Madrid.
A unos pasos de este mirador privilegiado se encuentra el monasterio
de San Juán de los Reyes cuya plazuela era uno de los lugares más apreciados por
el autor de “Angel Guerra” que desde allí evoca las vistas del puente de
San Martín y de los cigarrales.
Monasterio que conoció bien gracias a su amistad con Arturo Mélida
que se estaba encargando de su restauración.
Y terminamos esta ruta galdosiana bajando hacia la Puerta del Cambrón tomando la calle de los Carmelitas Descalzos que sale a la derecha y nos lleva a la Plaza de Santa Teresa donde se encontraba la casa de su gran amigo el pintor Ricardo Arredondo y donde actualmente hay una escultura que representa a Santa Teresa que fue realizada por el autor toledano Luis Pablo Gómez Vidales.