En la actualidad, el disfrute de las vacaciones escolares por parte de los más jóvenes a menudo se ve interrumpido por largas horas frente a pantallas, ya sea viendo videos o jugando videojuegos. Esta tendencia ha capturado la atención de Qustodio, una reconocida plataforma de seguridad online y bienestar digital para familias, que destaca en su último informe ‘Nacer en la era digital: La generación de la IA’, cómo los niños dedican en promedio cuatro horas diarias a este tipo de actividades. Este hábito no solo se ha incrementado en los últimos años, sino que también se señala como uno de los motivos de la disminución de la imaginación y la creatividad entre los más pequeños, comparados con las generaciones anteriores.
El aburrimiento, a menudo visto negativamente, es destacado por los expertos de Qustodio por los beneficios potenciales que puede tener en el desarrollo infantil. Argumentan que lejos de ser un estado indeseable, el aburrimiento puede actuar como catalizador para la imaginación, motivando a los niños a pensar de manera creativa y a explorar mundos fantásticos sin la necesidad de estímulos externos. Además, el estado de no ocupación favorece la introspección, lo que permite a los niños conocerse mejor y reflexionar sobre sus propios pensamientos y emociones. Este período de inactividad también beneficia la concentración, preparando la mente para dedicar plena atención cuando sea necesario abordar otras actividades.
Emily Lawrenson, Encargada de Comunicaciones de Qustodio, recalca la importancia de encontrar un equilibrio entre el uso de la tecnología y otras actividades. Subraya la necesidad de que los padres incentiven a sus hijos a desarrollar su imaginación y a aprender a valorar y utilizar el aburrimiento de manera constructiva. Según Lawrenson, enfrentarse al aburrimiento no solo es inevitable, sino necesario, y los padres no deben temer permitir que sus hijos lo experimenten.
Este llamado a la acción de Qustodio destaca la persistente influencia de la tecnología en la vida diaria de los niños y la importancia de promover un uso consciente y equilibrado de la misma. Al fomentar períodos de inactividad sin pantallas, los niños pueden redescubrir la importancia del juego libre, la imaginación y la auto reflexión, elementos cruciales para un desarrollo saludable tanto físico como mental.