El otoño es una estación que nos invita a disfrutar de los productos de temporada, y entre ellos, la castaña se destaca como uno de los más representativos. Este fruto, que alcanza su punto óptimo en los meses de octubre y noviembre, ha sido un componente esencial en la dieta de muchas culturas a lo largo de los siglos. En Catalunya, la castaña no solo es apreciada por sus beneficios nutricionales, sino que también está profundamente entrelazada con una de sus festividades más queridas: la Castañada.
La castaña es un fruto seco que se distingue por su bajo contenido en grasas en comparación con otras variedades como las nueces o almendras. Es una fuente rica en hidratos de carbono complejos, fibra, vitaminas del grupo B y minerales como el potasio y el magnesio. Gracias a estas propiedades, la castaña es un alimento ideal para aumentar los niveles de energía y mantener el cuerpo cálido durante los meses más fríos del año.
La Castañada, celebrada el 31 de octubre en Catalunya, coincide con la víspera de Todos los Santos. Esta tradición reúne familias para disfrutar de castañas asadas, boniatos y los emblemáticos panellets, acompañados de un típico moscatel. Aunque Halloween ha llegado a influir en esta fecha, la Castañada sigue siendo un evento profundamente enraizado en la cultura catalana, centrado en sabores otoñales que evocan camaradería y pasado.
En una tradición que antaño tenía un carácter más solemne, la Castañada simbolizaba la conexión con los difuntos a través de alimentos que se creía que eran disfrutados por las almas de los muertos. Hoy, aunque la festividad ha perdido parte de su significado religioso, sigue siendo una oportunidad para reunir a la familia y celebrar con delicias otoñales.
Durante esta festividad, las calles catalanas se llenan del aroma inconfundible de las castañas asadas, vendidas en puestos que aparecen por toda la región. Los panellets, con sus diversas versiones, desde piñones hasta coco, complementan esta celebración con su dulzura característica.
Además de las castañas, Teca Sàbat, un destacado establecimiento culinario, aprovecha los frutos de la temporada otoñal para crear platos llenos de sabor y tradición. Destacan la crema de calabaza y los rovellons de la Cerdanya salteados con ajo y perejil. Platos como el risotto de ceps ofrecen una experiencia gastronómica rica y gratificante. En sus tiendas gourmet, los clientes pueden encontrar productos selectos como el Moscatell Espelt del Empordà y otros delicias, incluyendo el singular chocolate Terroso La Vita.
La cocina otoñal de Teca Sàbat se complementa a la perfección con su selección de vinos, entre los que se destaca el tinto Viva La Vita, ofreciendo una experiencia culinaria completa que celebra los sabores y tradiciones del otoño en Catalunya.
