Desborde de Fe y Emoción en la Solemne Procesión de la Virgen de los Remedios, Patrona de Cogolludo

Cogolludo ha conmemorado su día grande, el día de la Virgen de los Remedios, con una doble celebración, tanto matutina como vespertina, que caracteriza al 15 de agosto. La Cofradía de la Virgen de los Remedios, una de las más antiguas de la villa ducal, organiza los actos en honor a la patrona. Fundada en 1583 con el nombre de Nuestra Señora del Remedio y del Rosario, ha ido evolucionando hasta llegar a su nombre actual en 1678.

En 2024, los cargos de la Cofradía han cambiado, con Jesús García como hermano mayor saliente, Marcos Sánchez como entrante, y Andrés Saboya siendo el hermano mayor del año en curso. Jesús García ha compartido su emoción y deseos de que «todos vivamos con alegría, devoción y amor nuestras Fiestas Patronales» en su saludo de fiestas del programa religioso.

El párroco local, Mauricio Muela, ha exhortado a los cristianos del siglo XXI a ser testigos de la grandeza de Dios en Nuestra Madre y a mantener la devoción y cariño hacia la Virgen. Subrayó que está seguro de que ella «escucha, acoge y guarda en su corazón los anhelos y esperanzas de cada uno de nosotros».

La tradición obliga al hermano mayor a portar el cetro de la Cofradía, asumir la presidencia, invitar a los cofrades a un refresco y a las habituales caridades, además de estar presente en la procesión del 15 de agosto por la tarde. Esta procesión es la más emotiva del año en la villa serrana, con una duración de más de dos horas y un recorrido de prácticamente tres kilómetros.

Desde al menos 1950, el recorrido y ceremonial de esta tradición han permanecido invariables, a excepción de algunas modificaciones leves. Ayer, la procesión comenzó en la iglesia de Santa María, donde Francisco José García subastó los brazos de las andas y el estandarte en el atrio. La procesión siguió su itinerario establecido, con paradas en la explanada junto a la fuente de San Pedro, la calle de Labradores, la Plaza de la Acacia y varios puntos más, antes de regresar a la iglesia.

Un momento especial fue cuando Antonio Montero, un hijo del pueblo, leyó una poesía nostálgica dedicada a sus recuerdos de infancia y a la Virgen de los Remedios. La procesión culminó en la iglesia con el canto solemne de la Salve.

El 16 de agosto se celebra una misa en honor a los cofrades difuntos, una tradición que data de 1960. Históricamente, la primera referencia escrita de esta procesión es de 1594, y la fiesta se celebraba originalmente el primer domingo de octubre, antes de pasar al 15 de agosto en el siglo XVII. A lo largo de los años, las celebraciones también han incluido actos profanos como comedias, corridas de toros y danzas.

El pasado miércoles 7 de agosto se inició la novena con una misa oficiada por el obispo de la diócesis, Julián Ruiz Martorell. Ayer, la Virgen de los Remedios fue elevada a su posición habitual durante la ceremonia, emulando la asunción de María a los cielos, en uno de los momentos más conmovedores de las fiestas.

Jesús García, cumpliendo con la tradición, invitó a los asistentes a un ágape, y el alcalde de Cogolludo, Juan Alfonso Fraguas, agradeció a todas las instituciones, voluntarios y cofradías por su labor en la organización de las fiestas. Dignatarios como Julio García Moreno, Eusebio Robles, Alberto Rojo, Sara Simón, Alberto Cortés y Manuel Luis Corral también estuvieron presentes.

Hoy, la misa en honor a los cofrades difuntos y el inicio de los festejos taurinos en la Plaza Mayor marcan la continuación de estas celebraciones históricas en la villa ducal de Cogolludo.

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