En un reciente desarrollo que podría tener un impacto significativo en la industria pesquera estadounidense, el presidente Donald J. Trump firmó una proclamación que modifica las regulaciones sobre la pesca comercial en el Monumento Nacional Marino de las Islas Remotas del Pacífico (PRIMNM, por sus siglas en inglés). Esta área, designada para proteger la biodiversidad marina, se extiende sobre más de 400,000 millas cuadradas en el Océano Pacífico y ha estado sujeta a fuertes restricciones desde su establecimiento en 2009 y su expansión en 2014.
La proclamación establece que las actuales prohibiciones sobre la pesca comercial en las aguas del PRIMNM ya no son necesarias para la adecuada gestión y conservación de los objetos de interés científico e histórico en la zona. Según el documento, la pesca comercial debidamente gestionada no pone en riesgo la diversidad de especies ni los ecosistemas únicos que la ley busca proteger. Esta decisión responde, en parte, a la presión que enfrenta la industria pesquera estadounidense, que ha visto cómo sus flotas quedan excluidas de casi la mitad de la Zona Económica Exclusiva de los Estados Unidos en las Islas del Pacífico.
Las restricciones han forzado a muchos pescadores estadounidenses a desplazarse hacia aguas internacionales, donde deben competir con flotas extranjeras que operan bajo regulaciones menos estrictas. De acuerdo con la proclamación, este cambio beneficiará no solo a la industria pesquera, sino también a territorios como Samoa Americana, cuya economía depende en más del 80% de la actividad pesquera.
A pesar de las reacciones positivas de algunos sectores, la medida ha suscitado preocupaciones entre los defensores del medio ambiente, quienes temen que un acceso abierto a la pesca comercial pueda amenazar aún más a las especies vulnerables y a los hábitats marinos críticos. Sin embargo, los funcionarios han argumentado que ya existen protecciones suficientes bajo varias leyes, como la Ley de Conservación y Gestión de Pesquerías Magnuson-Stevens y la Ley de Especies en Peligro de Extinción, para salvaguardar los recursos marinos.
El nuevo marco administrativo estipula que la Secretaría de Comercio y la Secretaría del Interior tendrán responsabilidades conjuntas en la gestión de las actividades pesqueras en el PRIMNM. Se especifica que los buques pesqueros solo podrán ser estadounidenses, aunque se podrán otorgar permisos a embarcaciones de bandera extranjera para la transbordación de pescado.
Con este acto, la administración Trump busca fortalecer la pesca comercial en aguas del Pacífico, poniendo en el centro de la conversación el equilibrio entre la conservación del medio ambiente y el desarrollo económico. Sin duda, la implementación de estas nuevas regulaciones será observada de cerca, ya que la coordinación entre la sostenibilidad ambiental y la explotación del recurso pesquero determinará el futuro de la pesca en esta región.
Fuente: WhiteHouse.gov