Agentes de la Policía Nacional han llevado a cabo la detención de seis individuos por su presunta implicación en un fraude millonario que implicaba la exportación de jamones con sellos sanitarios falsificados. Las operaciones policiales tuvieron lugar en las localidades de Leganés, en Madrid, y Seseña, en Toledo, resultando en la desarticulación de un grupo criminal que habría defraudado hasta 17 millones de euros a lo largo de cinco años.
Los detenidos, que ocupaban roles de responsabilidad dentro de una compañía especializada en el despiece cárnico, habían estado utilizando fraudulentamente el sello sanitario legal de otra empresa. Con dicho sello, le otorgaban al producto las garantías sanitarias necesarias para proceder a su comercialización en mercados internacionales.
La investigación se inició en agosto, tras la detección de actividades sospechosas en una empresa cárnica con instalaciones en Leganés y Seseña. Dicha empresa se dedicaba a procesar los jamones y luego les aplicaba el sello sanitario falso antes de distribuirlos a sus clientes, quienes exportaban los productos desconociendo totalmente la ilegalidad de la operación.
Además, la legítima empresa titular del sello sanitario se encontraba igualmente ajena a la utilización ilegítima de su sello de sanidad. La falsificación y el engaño habrían estado en marcha por un período de cinco años.
Durante la investigación, se organizó una inspección laboral en las naves de ambas localidades, con el apoyo de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Madrid y los Inspectores de las Conserjerías de Sanidad de Madrid y Toledo. En el transcurso de los registros, se encontró el falso sello en la nave de Leganés y se realizó la detención de los seis involucrados en los roles directivos. Los cargos que enfrentan incluyen pertenencia a grupo criminal, estafa y falsificación documental, y han sido ya puestos a disposición judicial.
Como medida adicional, la Autoridad Sanitaria ordenó la inmovilización y posterior destrucción de diez palets de carne que se encontraban almacenados en condiciones irregulares en las cámaras frigoríficas, cumpliendo con las regulaciones de conservación alimentaria y protección al consumidor.