El Parador de Almagro ha sido el escenario este jueves de un encuentro entre la reconocida bailaora Cristina Hoyos y los medios de comunicación, en el contexto del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Hoyos, quien recibirá esta noche el Premio Corral de Comedias 2025, ha expresado su cercanía y emoción ante este reconocimiento.
Irene Pardo, directora del Festival, ha destacado la importancia de Hoyos en las artes escénicas y la danza en España, así como su proyección internacional. «Cristina Hoyos es un eslabón entre el Siglo de Oro y el siglo XXI», ha explicado Pardo, quien también ha mencionado figuras como Lorca y Manuel de Falla como parte de esta cadena cultural. Además, ha señalado que este premio es la primera vez que se otorga en el ámbito de la danza, lo que apunta hacia un festival que busca ampliar sus horizontes artísticos.
Acompañada por su esposo, el bailaor Juan Antonio Jiménez, Cristina Hoyos ha compartido su alegría y recuerdos durante este encuentro. Rememoró sus inicios en Sevilla, en el Corral Trompero, y cómo el arte del baile se convirtió en parte de su vida desde una edad temprana. «Éramos una familia pobre, pero mi padre compró una radio y yo no podía evitar bailar al escuchar a Lola Flores», confesó con una sonrisa.
Hoyos también ha resaltado la influencia de sus primeros maestros, como Adelita Domingo, quien le hizo la pregunta decisiva sobre su pasión por el canto o el baile. «Desde entonces, comencé a bailar todo tipo de músicas», recordó. Además, no se olvidó de Enrique el Cojo, a quien admiraba por su habilidad en el escenario a pesar de sus limitaciones físicas, y de Antonio Gades, una figura que dejó una huella profunda en su carrera.
La bailaora, que ha tenido la oportunidad de actuar en escenarios internacionales, compartió su experiencia en la Ópera Garnier de París, donde, según contó, su presentación de flamenco causó una gran impresión entre el público. «Cuando subo a un escenario siempre me entra algo adentro y me olvido de lo demás», dijo, enfatizando su conexión emocional durante las actuaciones.
Cristina Hoyos concluyó su intervención destacando la dedicación que siente al bailar, asegurando que lo hace «con el corazón, las tripas, con todo». Su discurso, lleno de nostalgia y pasión por su arte, refleja el legado que ha construido a lo largo de una trayectoria dedicada a la danza y las artes escénicas.