El Gobierno de Castilla-La Mancha ha hecho hoy público un informe que contiene un estudio sobre efectos constatados y percepción del Cambio Climático en el medio rural de nuestra Comunidad Autónoma, con el objeto de disponer de una base sólida y rigurosa, construida con la opinión de expertos en diferentes campos que compromete al Gobierno regional en la lucha contra el cambio climático y que se hará visible con la aprobación en octubre, por el Consejo de Gobierno, de la Estrategia de frente al Cambio Climático de Castilla-La Mancha con el horizonte en 2030.
El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, junto con el viceconsejero de Medio Ambiente, Agapito Portillo, así lo ha indicado hoy en Toledo donde ha presentado los resultados de este estudio, el segundo que se realiza en la región tras el de 2009, y que trata sobre la situación que este fenómeno está provocando en la región, coordinado por Jonathan Gómez Cantero, presente en este acto.
Así, Martínez Arroyo ha recordado que desde Castilla-La Mancha se lucha contra el cambio climático “desde el inicio de la legislatura” porque ya el Consejo Asesor de Medio Ambiente en diciembre de 2015 aprobó una declaración formal de apoyo a los resultados y las conclusiones de la Cumbre de París para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero con los objetivos del 2020 y 2030. El de hoy, “es un paso más de ese compromiso del Gobierno regional”.
El estudio presentado hoy, ha estado coordinado en todo momento desde la Viceconsejería de Medio Ambiente y la Oficina del Cambio Climático y ha contado con más de 70 participaciones a nivel regional, nacional e internacional en los diversos aspectos que se analizan.
Así se han analizado el clima, los extremos meteorológicos, los recursos hídricos, el mundo natural, los humedales, el suelo, los incendios forestales, la agricultura, la ganadería, el turismo, las infraestructuras, la despoblación, la salud, la percepción, la información y los escenarios de futuro, en un compendio de trabajos que se aglutinan en este volumen donde se muestra la realidad climática actual.
Y de este análisis, se vislumbran cifras tales como, ha puntualizado, Francisco Martínez Arroyo como que en los últimos 36 años en la Comunidad Autónoma “se ha incrementado la temperatura media 1,4 grados centígrados”.
“Es una realidad constatable”, ha dicho “que se deduce en este estudio con datos alarmantes como en la provincia de Cuenca que alcanza una subida de temperatura de 1,89 grados centígrados en los últimos 36 años”.
Además, el cambio climático es evidente en la región, con un verano que se ha ido alargando 7 días por década.
En cuanto al medio natural, ha destacado la información sobre los humedales, cuya desaparición en los dos primeros tercios del siglo XX provocaron un incremento de un 6 por ciento en los gases de efecto invernadero. Su recuperación actual, ha matizado el responsable de la Agricultura, el Medio Ambiente y el Desarrollo Rural en la región, ha propiciado “mitigar el efecto invernadero”.
En el apartado de socioeconomía, el estudio ha analizado los efectos sobre la agricultura y la ganadería, en especial, sobre los viñedos. Ha recordado, que desde el gobierno regional se trabaja ya con las denominaciones de origen y las bodegas para adaptarlos a la climatología, con nuevas variedades.
En materia de agua, ha resaltado, el estudio no ha olvidado las siete demarcaciones hidrográficas que afectan a la región, donde cuatro, dependen exclusivamente de las precipitaciones que se generan en la región para renovar sus recursos hídricos y satisfacer todas las demandas de agua que se generan. En este sentido Martínez Arroyo ha incidido en la importancia de este bien común en una región donde el agua es preciso para el desarrollo económico y que en cuencas como la del Tajo no se ha garantizado el caudal ecológico mínimo.
En este trabajo, ha explicado, se han tenido en cuenta incluso los aspectos relacionados con la percepción social de los ciudadanos ante el cambio climáticos y ante esto, ha abogado por trabajar en la concienciación, una tarea que es “de todos”, desde expertos, administraciones, medios de comunicación y los propios ciudadanos.
En esta línea, ha recordado que en Castilla-La Mancha ya se ha puesto en marcha una Programa Operativo de Educación ambiental que, dotado con 1,5 millones de euros, establece varias acciones, muchas de ellas encaminadas a concienciar a los “ciudadanos del futuro” de que el cambio climático es una realidad y hay que actuar para frenarlo.