El reciente reconocimiento en los Premios A&U del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha ha destacado el montaje expositivo realizado por el AMA Estudio de Arquitectura para celebrar el VIII Centenario del nacimiento de Alfonso X el Sabio. Este evento tuvo lugar en el Museo Santa Cruz de Toledo y ofreció una mirada multidimensional al legado del monarca a través de una exposición titulada «Alfonso X: el legado de un rey precursor».
El proyecto fue reconocido en la categoría de nueva creación ‘Diversificación Profesional’, subrayando la capacidad del equipo para traspasar los límites tradicionales de la arquitectura y llevar su formación artística hacia nuevas ocasiones creativas. Luis Moreno y Javier Alguacil, los arquitectos detrás de la obra, agradecieron al Colegio Oficial de Arquitectos por reinstaurar los premios que estimulan y motivan a los profesionales a participar con entusiasmo.
La exposición se estructuró en cinco secciones que narraban la vida y logros de Alfonso X, desde su infancia hasta cómo es percibido en la posteridad. Una tarea colosal que incluía la coordinación de 187 elementos de diversos tamaños y materiales, desde monedas hasta enormes cuadros.
Un desafío clave fue adaptar la nave superior del Museo de Santa Cruz, un espacio con cuatro salas y un crucero central de doble altura adornado con impresionantes artesonados de madera. AMA Estudio de Arquitectura optó por un enfoque funcional en su diseño, utilizando muebles en tonos de grafito combinado con detalles dorados, creando un ambiente cohesivo para los visitantes.
Un componente innovador del montaje fue una cortina de cuentas de aluminio, ensamblada manualmente, que permitía dividir el espacio sin restar amplitud, aportando fluidez a la visita. Inspirada en las cotas de malla medievales y las tradiciones locales, esta cortina no solo era funcional, sino que se convertía en un elemento visual extraordinario, reflejando y refractando la luz y las sombras para enriquecer la experiencia del visitante.
El montaje utilizó otros elementos como un muro técnico que dividía las áreas en secciones y una cúpula decorada con una bóveda celeste que rendía homenaje a la fascinación del monarca por la ciencia y la astrología. La estrategia de iluminación incluyó luces indirectas para salvaguardar la integridad de las piezas históricas, mientras que una línea dorada a lo largo del zócalo aportaba matices suaves al ambiente.
El rey Felipe VI, presente en la inauguración, elogió la exposición, destacando la coherencia del diseño con el paisaje urbano de Castilla-La Mancha. Tanto la cortina como el conjunto del diseño fueron claves en el éxito del evento, demostrando que la innovación en el ámbito expositivo puede conjugar funcionalidad con una rica narración visual, y recibir el reconocimiento por ello.
