«Claridad en la Visión: Comprendiendo y Tratando la Hipermetropía con OPTICA’M»

La hipermetropía es un trastorno de la visión o un defecto refractivo que afecta la capacidad del ojo para enfocar objetos cercanos correctamente. Este problema ocurre cuando la luz se enfoca detrás de la retina en lugar de directamente sobre ella, lo que puede ser resultado de un globo ocular más corto de lo normal, una córnea demasiado plana, o factores genéticos que influyen en la estructura del ojo.

Entre los síntomas más frecuentes de la hipermetropía se encuentran la visión borrosa de cerca, fatiga ocular especialmente después de actividades que requieren un enfoque cercano, dolores de cabeza que tienden a empeorar a lo largo del día, dificultad para realizar tareas minuciosas como escribir o coser, la necesidad de entrecerrar los ojos para ver mejor, así como ojos secos o irritados debido al esfuerzo adicional para enfocar. Además, los afectados pueden experimentar incomodidad al cambiar la distancia de enfoque de objetos cercanos a lejanos.

Detectar tempranamente la hipermetropía es clave para su manejo adecuado. Se recomienda realizar el primer examen ocular en los niños alrededor de los seis meses de edad, seguido de revisiones visuales periódicas, idealmente de manera anual. El óptico optometrista es el profesional indicado para evaluar la visión teniendo en cuenta los componentes de la acomodación refractiva ocular, además de los aspectos sensoriales, motores y perceptuales del sistema visual.

Existen varias opciones para el tratamiento de la hipermetropía. Las gafas son una solución común y efectiva, particularmente recomendada para niños y adultos mayores. Las lentes de contacto presentan una alternativa estética y funcional a las gafas. Para aquellos que buscan una corrección permanente, la cirugía refractiva, como el procedimiento LASIK, puede ser una opción viable, aunque no todos los pacientes son candidatos adecuados para este tipo de cirugía.

Mònica Gómez, CEO de OPTICA’M, enfatiza la importancia de las revisiones visuales regulares para detectar y corregir la hipermetropía oportunamente. Recomienda acudir a profesionales de la visión al menos una vez al año, o con mayor frecuencia si se experimentan síntomas relacionados con este trastorno visual. Un diagnóstico y tratamiento oportunos pueden mejorar significativamente la calidad de vida del paciente, permitiéndole realizar sus actividades diarias sin limitaciones visuales.

La hipermetropía, pese a ser un problema visual común, es manejable con detección temprana y el tratamiento adecuado. Mantener una buena salud visual y una alta calidad de vida es posible visitando regularmente a un óptico de confianza, asegurándose así de que cualquier cambio en la visión sea identificado y tratado a tiempo.

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