La miopía, un trastorno de la refracción visual cada vez más común, afecta significativamente la capacidad de ver con claridad objetos situados a distancia. Esta condición visual ocurre cuando el globo ocular es más largo de lo normal o la córnea posee una curvatura excesiva, haciendo que los rayos de luz se enfoquen delante de la retina, en vez de directamente sobre ella. A medida que la prevalencia de la miopía aumenta mundialmente, con un crecimiento alarmante entre niños y jóvenes, se vuelve esencial abordar este problema de salud óptica.

Impacto de la miopía en la vida diaria

Quienes padecen de miopía experimentan una visión borrosa al intentar enfocar objetos distantes, lo cual puede interferir en actividades cotidianas como la conducción, la práctica deportiva y el desempeño académico. Los síntomas más frecuentes incluyen el entrecerrar los ojos para ver mejor, dolores de cabeza y fatiga ocular, derivados del esfuerzo constante por enfocar.

La miopía no solo afecta la calidad de vida, sino que también incrementa el riesgo de condiciones oculares severas como el desprendimiento de retina, el glaucoma y las cataratas, que pueden conducir a una pérdida de visión irreversible.

Factores de riesgo y causas

La combinación de factores genéticos y ambientales ha sido identificada como responsable del incremento en la incidencia de la miopía. Existe una preocupación particular por el uso intensivo de dispositivos electrónicos, así como por la disminución del tiempo dedicado a actividades al aire libre, lo que contribuye al avance de esta patología, particularmente entre la población joven.

La importancia de la detección temprana y las opciones de tratamiento

La detección precoz de la miopía es fundamental. Realizar exámenes visuales regulares, esencialmente en niños, permite iniciar tratamientos para minimizar su progresión y evitar futuras complicaciones. Es crucial que los padres estén atentos a los signos de alerta como el entrecerrar los ojos, la necesidad de acercarse a los objetos para leer o ver mejor, y las quejas frecuentes sobre dolores de cabeza o cansancio visual.

En cuanto al tratamiento, la corrección de la miopía generalmente se realiza con el uso de gafas o lentes de contacto. Sin embargo, OPTICA’M se destaca por ofrecer soluciones avanzadas para el control de la miopía, equipado con tecnología de punta y tratamientos innovadores. Entre las opciones disponibles, la ortoqueratología nocturna y el uso de lentes de desenfoque periférico, han demostrado ser efectivos en ralentizar la progresión de la miopía en niños y adolescentes.

Prevención y buenas prácticas

Además del tratamiento, adoptar hábitos visuales saludables puede ser clave en la prevención de la miopía o la ralentización de su progresión. Medidas como aumentar el tiempo pasado al aire libre, limitar el uso de dispositivos electrónicos, mantener una correcta distancia de lectura, asegurar una buena iluminación y hacer descansos frecuentes durante tareas visuales prolongadas, pueden aportar beneficios significativos.

En palabras de Mònica Gómez, CEO de OPTICA’M, el compromiso es ofrecer "el sistema más seguro para prevenir y detectar las pérdidas de visión de los más pequeños con nuestro equipo multifunción MYAH." Esto subraya la relevancia de contar con técnicas de diagnóstico y tratamiento adecuadas para enfrentar un desafío creciente en salud pública.

La miopía representa un obstáculo cada vez mayor para la salud visual en el mundo. No obstante, mediante intervenciones tempranas, el uso de correcciones ópticas adecuadas y la promoción de hábitos visuales sanos, es posible controlar su impacto. La clave para enfrentar la miopía de manera efectiva reside en la combinación de tecnología avanzada, atención profesional especializada y una mayor conciencia sobre la importancia del cuidado visual.

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