Castilla-La Mancha se sitúa como la tercera comunidad autónoma donde se han realizado más transacciones de suelo urbano a final de 2020

Castilla-La Mancha se ha situado como la tercera comunidad autónoma donde se han realizado más transacciones de suelo urbano en el cuarto trimestre del 2021.

Los datos de la Estadística de Precios de Suelo que publica el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana reflejan que Castilla-La Mancha ha registrado un total de 825 transacciones de suelo urbano, solo por detrás de Andalucía que registró 1.616 y Cataluña con 1.147.

Asimismo, la región es también una de las comunidades que mayor variación interanual ha registrado de este valor con un 48,4 por ciento, muy por encima de la media nacional que se ha situado en un 16,7.

En este sentido, el consejero de Fomento, Nacho Hernando, ha destacado que “a pesar de la pandemia, Castilla-La Mancha es una región dinámica y el Gobierno de Emiliano García-Page está desarrollando un nuevo modelo de urbanismo que tiene el objetivo de fomentar el crecimiento económico, especialmente el de municipios pequeños, como así demuestra la Ley SUMA de Simplificación Urbanística y Medidas Administrativas”. Una ley, ha añadido, “sobre las que vamos a seguir avanzando, hablando y consensuando en la futura LOTAU”.

Asimismo, Hernando ha remarcado que “desde el Gobierno regional hemos aceptado el reto de establecer las bases del nuevo modelo de urbanismo: haciendo un uso racional del suelo en pos de su conservación y protección; evitando la dispersión urbana y revitalizando la ciudad existente; previniendo y reduciendo los efectos del cambio climático; haciendo una gestión sostenible de los recursos y favoreciendo la economía circular; promoviendo la proximidad y la movilidad sostenible; fomentando la cohesión social y la equidad, garantizando el acceso a una vivienda digna y adecuada; impulsado la innovación digital y el tránsito a un consumo energético derivado de fuentes renovables; y mejorando los instrumentos de intervención y de gobernanza”.

Todo ello, ha concluido “teniendo siempre presente la igualdad de oportunidades, la inclusión, y la cohesión, en definitiva, la humanización de la normativa. Un urbanismo que no piensa en el adoquín, sino en las personas”.

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