La propuesta de ‘Estabilización del sistema de cuevas antrópicas urbanas’ preparada por el equipo Aguado+Vellés+Aperte ha sido reconocida con el Premio Profesión en los Premios Arquitectura 2025 que entrega el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). Este premio, según anunció el Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (Coacm), pondera la contribución ética, técnica y profesional de los arquitectos, así como el impacto social de su labor.
El proyecto se centra en la estabilización de más de 2.000 cavidades subterráneas en Tomelloso, Ciudad Real, muchas de las cuales se encuentran deterioradas. En respuesta a recientes colapsos de estas cuevas-arenero, el Ayuntamiento de Tomelloso firmó un convenio con la Universidad de Castilla-La Mancha con el fin de buscar una solución. El producto de este trabajo es un sistema innovador que combina técnicas tradicionales sometidas a una nueva interpretación. Utiliza pilares de geometría eficiente elaborados con ladrillo macizo, hormigón de cal y áridos locales, ofreciendo métodos accesibles, de bajo impacto ambiental y con alta capacidad de replicación.
El jurado del premio destacó la «elegante y acertada solución estructural» presentada, así como la transformación del espacio en uno que «trasciende al que se encontró». Además, valoró la generosidad de los autores en la entrega de su trabajo. Este proyecto no solo aborda un problema de seguridad, sino que también da lugar a una oportunidad de regeneración urbana que crea un espacio seguro, estético y representativo para la comunidad.
José Antonio Aguado, arquitecto y líder del equipo, al recibir el galardón, subrayó que la verdadera riqueza del proyecto radica en la oportunidad que ha generado, más allá de solo estabilizar las cuevas. «La solución convencional era simplemente rellenarlas con hormigón, un enfoque costoso y sin retorno. Aquí, logramos estabilizar y, al mismo tiempo, descubrimos un nuevo espacio, seguro y con posibilidades de usos futuros, utilizando materiales del lugar», explicó Aguado.
El arquitecto también indicó que la forma de los pilares fue el resultado de un meticuloso análisis estructural y no de un capricho estético. «Buscamos la forma más eficiente, que también ahorra material, dada la limitación del presupuesto», comentó. Aguado se mostró orgulloso del reconocimiento nacional que ha recibido Castilla-La Mancha y expresó su deseo de que este proyecto sirva como modelo para futuras intervenciones en localidades con desafíos similares.
Elena Guijarro, decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha y vicepresidenta del CSCAE, destacó la relevancia del premio. “Los arquitectos no solo diseñamos, sino que también resolvemos problemas complejos desde una perspectiva integral”, afirmó, enfatizando que este premio es un reconocimiento a la arquitectura que es útil, ética y comprometida.
En este contexto, el CSCAE también otorgó el Premio Lluís Comerón Graupera, que celebra el trabajo del arquitecto voluntario, reconociendo la contribución de profesionales en situaciones de emergencia, como la DANA de 2024 ocurrida en localidades de Cuenca y Albacete. Ana Teresa García, arquitecta albaceteña, recibió el galardón en representación de estos arquitectos voluntarios. La edición del jurado estuvo presidida por Elena Guijarro, junto a otros profesionales notables del sector.