En Castilla-La Mancha, el inicio del curso ha estado marcado por la adopción de medidas encaminadas a reducir la presencia en las aulas del virus que provoca la enfermedad COVID-19.
Una de ellas ha sido establecer la obligación de desinfectar a diario todas las superficies de contacto con personas. Esta tarea no venía realizándose nunca. Por ejemplo, jamás se desinfectaban pupitres y sillas de alumnos.
Las plantillas estaban dimensionadas para un tipo de higienización diferente a la que ahora se exige. En concreto, para limpiezas someras. La dotación de personal ni siquiera permitía la realización de estas tareas todos los días en todos los centros.
Las nuevas labores de desinfección que deben realizarse, han sido establecidas por las autoridades sanitarias. Estas se han visto ratificadas por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha.
Para llevarlas a cabo era necesaria una contratación de personal que reforzara las plantillas.
Realizamos un estudio sobre el terreno. El objetivo era determinar cuánto personal tendría que trabajar en nuestros centros para llevar a cabo esta misión. Según nuestros cálculos, el incremento de las plantillas debería ser, como cifra promedio, del 75%.
La Consejería de Educación decidió hacer solo un puñado de contrataciones. El objetivo de las mismas no era otro que poder asegurar que habían reforzado las plantillas. Pero desglosando los datos y analizando centro por centro, podemos observar que efectivamente se trata de un parche.
Estas contrataciones han supuesto que, en algunos lugares, el incremento de personal haya sido del 0%. En otros institutos la situación es dantesca, pues afrontan la crisis sanitaria con menos personal de limpieza del que les correspondía antes de la pandemia. Ni siquiera tienen las plantillas cubiertas.
Aún así, la Consejería de Educación ha conseguido evitar la noticia: «En Castilla-La Mancha los niños acuden a sus institutos sin que se hayan desinfectado».
Para ello, genera otro titular: «En Castilla-La Mancha los niños sustituyen al personal de limpieza de los institutos».
Así pues, en algunos centros se colocan botellas pulverizadoras con productos desinfectantes dentro de las aulas. Se sitúan al alcance de los niños. De hecho, son ellos los que reponen los envases vacíos. Es más, los niños se encargan de utilizar estos productos químicos para desinfectar las superficies con las que van a entrar en contacto.
Los niños no son profesionales de la limpieza. Si se encarga la desinfección a menores de edad, no se puede asegurar que se realice con garantías higiénicas.
En cambio, hay una cosa que sí está clara. Aquello de: «Manténgase fuera del alcance de los niños» en la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha no se respeta.
Esta circunstancia llama poderosamente la atención. No lo hace solo por ser una imprudencia que roza la negligencia. La Consejería de Educación de Castilla-La Mancha ha editado su propio dosier de medidas de lucha contra la COVID-19 en centros educativos. Como era de esperar, en uno de sus apartados, en negrita aparece: «Mantener fuera del alcance de los niños».
Fernando Montero Sánchez
Delegado de Personal Laboral de Educación en Toledo
