La Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha rubricado con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Afacr) de la provincia un acuerdo de colaboración para impulsar la donación de tejido neurológico en la región.
De esta forma, nace el primer banco de tejido cerebral de Castilla-La Mancha, que estará integrado en el Biobanco del Hospital General Universitario de Ciudad Real.
La creación de este dispositivo, ha explicado el gerente del área de Ciudad Real, Alberto Jara, es «un primer paso fundamental para el fomento de la investigación neuropatológica en Castilla-La Mancha que ayudará a establecer colaboraciones con distintos grupos de investigaciones locales, regionales, nacionales e internacionales» y de esta forma, abrir nuevas líneas de ciencia biomédica que permitan avanzar en investigación sobre enfermedades como el Alzheimer y otras patologías neurodegenerativas.
Por otra parte, este proyecto nace fruto de la colaboración entre la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real y la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Ciudad Real, con el objeto de hacer partícipe a la asociación desde el inicio del proceso de donación, principalmente en el papel fundamental de la información, concienciación y captación de donantes.
Este convenio supone también un «valor añadido en cuanto a seguir abriendo camino a la participación ciudadana en temas de salud», tal y como se recoge en el Plan de Salud 2025 diseñado por la Consejería de Sanidad.
En este marco se fija como línea estratégica la colaboración institucional con asociaciones de pacientes y familiares como pilares de Humanización del sistema sanitario público. Según ha informado la Junta en un comunicado, hasta el momento ya se han realizado tres donaciones de cerebros.
ACUERDO DE COLABORACIÓN
La finalidad del Biobanco de cerebros es obtener, conservar y ceder a los investigadores en neurociencias, muestras de tejidos neurológicos de pacientes con enfermedades neurodegenerativas, o de sujetos sanos que sirvan de controles.
Para ello, se realizarán una serie de procedimientos de captación de donantes en el que la asociación tiene un papel fundamental, así como establecer la creación de un circuito a seguir tras el fallecimiento del donante, un procedimiento de toma de muestras y de conservación de las mismas y un procedimiento de cesión de las muestras a los investigadores y a otras redes de biobancos.
Tal y como se refleja en el acuerdo de colaboración entre la Gerencia de Ciudad Real y la asociación, desde AFAR se desarrollarán campañas de información articuladas en colaboración con el equipo del Banco de Tejidos Neurológicos del Hospital, de cara a promover la donación de cerebros, tanto sanos como enfermos, en la asociación.
Se organizarán también charlas divulgativas y jornadas de puertas abiertas en el biobanco que favorezcan una percepción normalizada del proceso de donación como un derecho del ciudadano a contribuir con la investigación. Asimismo, se creará un registro de donantes, recabando el consentimiento de los pacientes o de sus representantes legales para la donación del cerebro.
QUIÉN PUEDE SER DONANTE
En el caso del cerebro, es imprescindible disponer de tejido enfermo para estudiar los cambios que se producen en las células y las moléculas. Sin embargo, también es muy importante que los investigadores puedan comparar esos cambios con los que tiene lugar en cerebros sanos.
Lo que significa que «todos podemos ser donantes de tejido cerebral para la investigación», ha explicado la directora científica del Biobanco de Ciudad Real, Fernanda Ralea.
La Enfermedad de Alzheimer, y la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas, afectan sobre todo a personas mayores, en la que el tejido cerebral ha acumulado ya alteraciones que en ocasiones se diferencian de las características de estas enfermedades sólo por su menor intensidad.
Cualquier estudio en tejido enfermo tiene que realizarse al mismo tiempo en tejido sano de «control» para que sus resultados sean válidos. Así pues, los pacientes, sus familiares, sus cuidadores los investigadores y la sociedad en general, todos podemos ser donantes.