El reciente anuncio de la reducción de la jornada laboral ha generado un fuerte impacto en diversos sectores empresariales en España, especialmente en el sector de la limpieza en Cataluña. Con aproximadamente tres millones de personas trabajando 40 horas semanales en Cataluña y más de 100,000 empleadas en el sector de la limpieza, la adaptación a la nueva normativa laboral plantea serios desafíos económicos y operativos.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que dependen en gran parte de la mano de obra, están preocupadas por la falta de diálogo previo en la implementación de esta medida. Según datos de CONPYMES, este cambio puede suponer un impacto económico de hasta 20,000 millones de euros en toda España. El sector de la limpieza, caracterizado por una alta dependencia del trabajo manual y donde los costes de personal representan entre el 90% y 92% de los gastos totales, se ve especialmente afectado. A diferencia de otras industrias, las empresas de limpieza no pueden recurrir a la maquinaria o tecnología para compensar el aumento de costes salariales.
Uno de los problemas estructurales que enfrenta el sector es el alto absentismo laboral, que alcanza el 10.4% frente al 6.9% de otros sectores, lo que genera un coste significativo para las empresas. Además, el sector ya sufre de baja productividad y cuenta con escasas medidas de apoyo, lo cual, junto con un margen de beneficio de tan solo 4 a 5%, hace que el incremento en los costes salariales pueda poner en peligro la viabilidad de muchas empresas.
Los contratos públicos, que son una parte importante de las operaciones de estas empresas, no permiten ajustar las tarifas para reflejar estos costes adicionales debido a la Ley de Desindexación. Esto sitúa a muchas empresas en una posición financiera crítica. La necesidad de incorporar más personal debido a la reducción de la jornada laboral añade una carga adicional, ya que captar nuevos empleados en este sector es un desafío constante.
Frente a este panorama, ASCEN, la Asociación Catalana de Empresas de Limpieza, recalca la urgencia de una negociación equilibrada que involucre a empresas, trabajadores y administración pública. Según Josep Tres, presidente de ASCEN, es vital encontrar un equilibrio que contemple todos los aspectos de la reducción de la jornada para asegurar la sostenibilidad de las empresas del sector y evitar efectos negativos imprevistos, como la pérdida de miles de puestos de trabajo.
Desde su fundación en 1977, ASCEN se ha enfocado en defender los intereses comunes de las empresas de limpieza en Cataluña. La asociación, que representa a 160 empresas, sigue trabajando para encontrar soluciones que garanticen no solo mejores condiciones laborales, sino también la continuidad de las empresas ante los cambios en la regulación laboral.