ANPE se opone de forma rotunda a que los docentes asuman competencias sanitarias como medicar o inyectar, y junto a SATSE, considera indispensable la figura de enfermería escolar en centros educativos de Castilla-La Mancha

En el comité de Seguridad y Salud Laboral, así como en la Mesa Sectorial de Educación, la consejería de Educación presento un borrador del “Manual de actuaciones para una escuela segura en los centros educativos de Castilla-La Mancha”, un manual que recoge actuaciones que para ANPE exceden de las funciones docentes.

ANPE se opone de forma rotunda a que los docentes asuman competencias sanitarias como medicar o inyectar, y junto a SATSE, considera indispensable la figura de enfermería escolar en centros educativos de Castilla-La Mancha 1
ANPE se opone de forma rotunda a que los docentes asuman competencias sanitarias como medicar o inyectar, y junto a SATSE, considera indispensable la figura de enfermería escolar en centros educativos de Castilla-La Mancha 2

Por supuesto que es importante que el profesorado sepa las características de su alumnado y contribuya a procurar un entorno seguro aplicando medidas precautorias y de prevención en el aula y el centro, y también establecer pautas básicas de actuación ante ciertas situaciones, pero ANPE está totalmente en contra de que existe una normativa en forma de Manual, en la que el profesorado sea el encargado de administrar medicación, inyectar adrenalina o realizar cualquier otra función que no sea inherente a su profesión docente. Por eso, vuelve a reivindicar, junto al sindicato de enfermería SATSE como Federación de Sindicatos de Educación y Sanidad (FSES) con mayor ahínco tras la presentación de este manual, la figura de la enfermera o el enfermero escolar en los centros educativos de Castilla-La Mancha.

Solamente los profesionales sanitarios pueden medicar, en se caso, a nuestros alumnos y alumnas. Por eso, desde ANPE, no se puede permitir que se quiera cargar con una nueva responsabilidad al profesorado. Responsabilidad que no le corresponde y para la que no está cualificado ni capacitado. A su vez, con las posibles consecuencias penales para el docente al que se le asignó tal responsabilidad sin que le correspondiera.

En esa misma línea, para SATSE, la implantación de la enfermera escolar sería la profesional adecuada y necesaria en los centros educativos, para actuar en casos de accidentes, proporcionar primeros auxilios, administrar medicación, inyectar, o cualquier otra actuación del ámbito sanitario. A su vez, esta profesional de la sanidad, también puede ayudar, asesorar y formar a docentes y familias en todas las cuestiones de prevención, la higiene, la salud y los hábitos saludables, entre otras actuaciones.

Su presencia también evitaría las situaciones a las que se deben enfrentar algunos docentes que se ven obligados a a atender necesidad de salud especiales, a pesar de no estar dentro de sus competencias. No sólo el alumnado incluido en este Manual que se presentó, sino también al resto de alumnado con dolencias o enfermedades crónicas o puntuales.

En definitiva, al presentar este Manual se vuelve a poner de manifiesto la necesidad urgente de establecer en todos los centros educativos de la región la figura del enfermero o enfermera escolar y no sobrecargar aún más al profesorado, además con funciones que lo le corresponden.

Finalmente, ANPE también insistió, tanto en el comité de Seguridad y Salud Laboral como en la Mesa Sectorial de Educación, en que se regule el permiso por cuidado de hijo/a menor positivo en COVID o en cuarentena. Para ANPE no tiene sentido pedir que el alumnado con síntomas no vaya a los centros educativos ni quede a cargo de personal vulnerable, y por otro lado no se regule un permiso para que su padre, madre o tutor legal cuide de ellos en la situación excepcional.

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