Con la llegada del verano, el panorama del mercado eléctrico español entra en una nueva fase, marcada por un incremento en los precios frente a los bajos registros de la primavera. Milena Giorgi, de Energía Estratégica España, conversó con Oriol Saltó i Bauzà, Associate Partner en AleaGreen, para profundizar en las expectativas de este mercado en los meses venideros y entender cómo podría verse afectada la inversión en energías renovables a largo plazo.
Durante la primavera, el mercado ibérico de electricidad experimentó precios especialmente bajos, situación influenciada por una estacional baja demanda y una alta producción hidroeléctrica, según explicó Saltó i Bauzà, citando análisis de AleaSoft Energy Forecasting. Sin embargo, con el advenimiento del verano, la demanda de electricidad aumenta notablemente debido al calor, disminuyendo al mismo tiempo la producción hidroeléctrica y eólica, lo que conduce a un esperado incremento en los precios. Junio ya ha exhibido esta tendencia, observándose un ascenso significativo en el precio promedio del mercado eléctrico de España a 56,08 €/MWh, casi duplicando los números de mayo y cuadruplicando los de abril. La energía fotovoltaica también ha visto incrementar su valor, alcanzando los 34,57 €/MWh en junio.
Esta variación de temperatura tiene un efecto más amplio en los mercados situados en latitudes más meridionales, donde el verano impulsa considerablemente la demanda de electricidad para climatización. Este fenómeno no solo ocurre en el sur del continente, sino que cada vez afecta más a los países de climas más templados.
Sobre el impacto que las fluctuaciones estacionales pueden tener en las inversiones en energías renovables, Saltó i Bauzà restó importancia a la alarma generada por los bajos precios de la primavera. Atribuyó dicha situación a una conjunción de factores estacionales exacerbada por una disminución en la demanda derivada de la crisis energética de 2022. Aunque no es improbable que escenarios similares se repitan en el futuro próximo, la visión sobre las inversiones en renovables debe ser, según él, a 20 o 25 años. Mirando hacia el largo plazo, las tendencias de precios sugieren que las inversiones renovables mantendrán su rentabilidad, despejando así dudas sobre posibles impactos negativos derivados de temporadas de precios bajos.
Para este verano, las expectativas apuntan a un aumento en los precios respecto a la primavera, debido a las altas temperaturas, el incremento en la demanda y los precios del gas. Aunque se proyecta que los precios serán más bajos que los del verano anterior, los promedios mensuales tenderán al alza, distanciándose de los mínimos o valores cercanos a cero registrados durante los fines de semana y días festivos.
Esta entrevista arroja luz sobre la dinámica cambiante del mercado eléctrico español y destaca la importancia de adoptar una perspectiva a largo plazo en lo que respecta a la inversión en energías renovables, crucial para la transición energética y la sustentabilidad futura.
