contaminante, y para fomentar el uso de energías renovables en diferentes sectores.
La biomasa y los biocombustibles son una de las fuentes de energía renovable más utilizadas en la Unión Europea. La biomasa se obtiene de diferentes materiales orgánicos, como residuos forestales, cultivos energéticos, residuos agrícolas y residuos municipales. Se utiliza para la producción de energía térmica, biogás, biocombustibles y energía eléctrica. Países como Suecia, Finlandia y Austria dependen en gran medida de la biomasa para su producción de energía renovable. En España, la biomasa aún tiene un papel marginal en el mix de generación de electricidad, pero se espera que su desarrollo aumente en los próximos años.
Los biocombustibles son combustibles producidos a partir de recursos naturales y biomasa. Son menos contaminantes que los combustibles convencionales y se utilizan en diferentes sectores, como la industria y el transporte. La Unión Europea tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte y ha establecido cuotas para el uso de biocombustibles avanzados. Esta tecnología tiene un gran potencial en la aviación, el transporte marítimo y el transporte pesado por carretera, donde la electrificación no es viable.
La captura y almacenamiento de CO2 (CCS) consiste en capturar el CO2 emitido en procesos industriales y de generación de energía y almacenarlo en formaciones geológicas subterráneas o en el océano. También se puede utilizar el CO2 capturado en procesos químicos. Aunque algunos critican esta tecnología, argumentando que solo esconde el problema de la contaminación, se espera que sea necesaria para descarbonizar sectores industriales difíciles de abordar de otras formas. En los últimos años, ha habido un aumento en los proyectos de CCS, impulsados por el aumento de los precios de los derechos de emisión de CO2 y los incentivos gubernamentales.
El autoconsumo de energía renovable, tanto individual como colectivo, permite a los consumidores utilizar la energía generada en instalaciones cercanas. En los últimos años, la potencia instalada de autoconsumo ha aumentado debido a la conciencia medioambiental, la reducción de los precios de los paneles solares y los altos precios de la electricidad. En España, el autoconsumo fotovoltaico tiene un gran potencial debido al recurso solar disponible, y se espera que la potencia instalada aumente en los próximos años. El autoconsumo será fundamental para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones y aprovechar al máximo los recursos naturales.
Para llevar a cabo la transición energética, será fundamental contar con una regulación adecuada. Una regulación estable y predecible que no cambie las reglas del juego constantemente, para atraer inversiones. Una regulación que fomente el desarrollo de tecnologías aún no maduras o económicamente competitivas, como el almacenamiento con baterías y el hidrógeno verde. También será necesario desarrollar las infraestructuras necesarias, como estaciones de carga para vehículos eléctricos y redes de distribución de energía renovable. Una visión a largo plazo y ayudas económicas serán necesarias para impulsar la transición energética y alcanzar los objetivos de descarbonización en 2050.