Descubre la historia de la villa de Mandayona: ecos de grandeza
Mandayona se sitúa en la orilla del río Dulce, en un tramo de la antigua calzada romana que conectaba Mèrida y Zaragoza a través de la villa romana, de la cual aún quedan vestigios en la localidad. En el margen de esta primitiva vía de paso se levantó una fortaleza en el siglo X d.C. durante la época islámica, con el fin de controlar el tráfico de mercancías y personas por este lugar.
El origen de Mandayona parece estar ligado a esta fortaleza, ya que una de las tribus bereberes presentes en la Península durante la conquista islámica se conoce como «Madyūna», que aparentemente estuvo presente en esa zona. La mención más antigua se encuentra en un documento del año 1143, el cual se refiere a ella como «Mandaiona».
Posteriormente, Mandayona se convirtió en una villa y señorío a partir de 1435, y Doña María de Castilla y Gómez Carrillo fueron los primeros señores de la misma. Durante la Baja Edad Media, la villa experimentó un período de esplendor, gracias a su condición de villa y señorío, otorgándole ciertas ventajas, como el control de varias de las aldeas de su entorno.
Aunque la paz instaurada en el Reino de Castilla hizo que los castillos que no se convirtieron en palacios cayeran en ruinas, se construyó la iglesia de San Pedro Apóstol en el siglo XVI, de estilo renacentista, lo que sin duda tomó el testigo de un templo anterior de estilo románico.
Mandayona se encuentra en un entorno perfecto entre historia, patrimonio y naturaleza viva, gracias a la cercanía del Parque Natural del río Dulce. La villa sigue siendo reflejo de su grandeza pasada, y es un lugar ideal para los amantes de la historia y la naturaleza.
Si bien la historia de Mandayona es rica y apasionante, la villa también se encuentra rodeada de una belleza natural que la hace aún más atractiva para los visitantes. Con su combinación única de historia, patrimonio y entorno natural, Mandayona se convierte en una parada obligada para cualquier visitante interesado en descubrir la grandeza del pasado.
Además de su patrimonio histórico y su entorno natural, Mandayona también cuenta con una variedad de opciones de turismo regional, que pueden hacer que su visita a la villa sea aún más especial. Con su ambiente tranquilo y su rica historia palpable en cada rincón, la villa de Mandayona sin duda alguna es una joya escondida que vale la pena descubrir.