Para salir de esta crisis sin precedentes, es preciso adoptar medidas urgentes porque España corre el peligro de pasar, en menos de cuatro años, de la 14ª potencia económica mundial a quedarse fuera del G-20.

Hemos de partir que España necesita un tejido empresarial de mayor tamaño medio (empresas entre 50 y 250 trabajadores) para crear un entorno económico más competitivo y estable, y poder así afrontar los difíciles retos que plantea la economía global. En la actualidad el 99% del tejido empresarial español está compuesto por pequeñas empresas de menos de 50 empleados, un porcentaje que nos distancia de países de gran crecimiento económico como Alemania cuyas pequeñas empresas representan el 83,5%, Japón en el que el porcentaje es del 85%, Canadá 71,9%, Reino Unido 87% y Estados Unidos 79%, entre otros países, donde existe un mayor equilibrio en el tamaño de las compañías.

Por otro lado, los componentes del PIB son el sumatorio del Consumo Privado, el Gasto Público, la Inversión y las Exportaciones netas (Exportaciones menos Importaciones). Por tanto, si queremos ayudar a que el PIB crezca de forma continuada y sostenible habrá que tomar medidas que afecten a algún, varios o todos los componentes de los que depende el PIB:

  • El primero es el Consumo. Que sólo crecerá si aumenta la confianza del consumidor porque se incrementen sus expectativas de negocios e inversión, sus expectativas de mejora formativa y laboral, sus expectativas de estabilidad política, empresarial y social.
  • El segundo es el Gasto público. Ahora se está intentando aumentar, pero es improductivo, el cual sólo tiene sentido de forma temporal, por ejemplo hasta que cambiemos la tendencia económica tras la pandemia del Covid-19, y no de forma perpetúa como algunos piensan, pues no creo que nadie quiera un país de personas que vivan de la caridad indefinidamente. Sólo el gasto público de inversión el que crea nuevas infraestructuras, en investigación, en desarrollo y el que se dedica a generar nuevo empleo es el que puede hacernos variar la tendencia.
  • El tercero es la Inversión. Si las empresas invierten en máquinas, en nuevos procesos productivos como la industria 4.0, que permitan obtener a bajo coste y sin apenas contaminación, productos novedosos e intensos en tecnología o en talento humano, aumentará su productividad y de ello se derivará un considerable incremento de pedidos que generará nuevas fuentes de ingresos que en su mayor parte deberían destinarse a financiar nuevas inversiones.
  • El cuarto es la relación Exportación-Importación. Para España es una de las mejores opciones posibles. Vender fuera lo que no vendemos aquí. Y comprar menos de fuera. En la realidad actual, las empresas que van bien son las que exportan más y sobre todo a países emergentes. Cuanto mayor sea la diferencia positiva entre exportaciones e importaciones mayor será nuestro peso a nivel internacional y más relevancia adquirirá eso que se llama marca España (Made in Spain).

Las diez propuestas que deberían ponerse en marcha para fomentar el PIB, el desarrollo del tejido empresarial y que pueda atender a los colectivos más desfavorecidos por esta crisis con prestaciones temporales y justas que impidan el quebrantamiento de la paz social son las siguientes:

1. Simplificar la imposición a las Sociedades y demás personas jurídicas. Eliminando todo tipo de deducciones y bonificaciones excepto las que puedan incentivar el empleo, la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica y establecer un tipo único del 15% a las PYMES

2. Reforzar la competitividad empresarial. Cuanto más competitivas sean las empresas de un país, mayor será su grado de supervivencia y éxito en un mercado cada vez más cambiante y globalizado que tomará como punto de referencia la palabra CALIDAD.

3. Fomentar la financiación empresarial a través de métodos alternativos al bancario. Desde el sector público se deben apoyar las vías de financiación alternativas a través de los mercados bursátiles o de los de emisión y negociación de renta fija. También se pueden eliminar las trabas y las limitaciones al crowdfunding.

4. Revisar la normativa bancaria. Desde el sector público se debe revisar la regulación financiera en lo que se refiere a la concesión de créditos a empresas. La idea es que las exigencias de capital, no penalicen los préstamos a las Pymes.

5. Reforzar la internacionalización de las empresas españolas. Dotar de más recursos humanos, materiales y financieros a organismos como el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), reforzar el papel en las embajadas de la llamada diplomacia económica, así como potenciar la figura del seguro de crédito para los exportadores.

6. Impulsar la fórmula I+D+I, fomentando la colaboración entre empresas, el sector público y otras entidades como las universidades para reforzar sus campus tecnológicos que podrían ser el motor de las nuevas tecnologías.

7. Una importante reforma del sistema educativo universitario. Que acometa y modernice los sistemas de selección del profesorado, que acomode la oferta educativa a la demanda empresarial y social. Y cambie las clases magistrales por el método del caso práctico. Es decir, no podemos seguir permitiendo que las universidades sean las mayores fábricas de parados de España.

8. Agilización de los procesos judiciales y dignificación de las figuras del abogado, el árbitro y el mediador. España necesita una justicia ágil, eficaz y totalmente independiente del poder político para garantizar el ejercicio de las libertades y la seguridad jurídica tanto de los ciudadanos españoles como de los inversores extranjeros en España.

9.Fomentar las fusiones y alianzas empresariales. Se deben crear incentivos fiscales y de seguridad social para aquellas empresas que se fusionen o busquen alianzas para ganar tamaño para poder salarial exterior y acceder a la contratación pública, también se debe apoyar los procesos de concentración de empresas que aumenten la competitividad de las mismas en su sector ya sea a nivel nacional o internacional, para buscar nuevas oportunidades de negocio.

10. Combatir eficazmente la corrupción política. Creando juzgados especializados en delitos de corrupción e incrementando duramente las penas. Fomentando la transparencia en la contratación administrativa, eliminando las subvenciones públicas a partidos políticos, sindicatos y ONGs que destinen más del 50% de su presupuesto a gastos de personal. Controlando férreamente a las autoridades que manejen fondos públicos y estableciendo duras penas a quienes se enriquezcan de la política en su interés propio o de terceros con los que tenga vinculación.

Francisco Antonio Jiménez
Secretario de economía y hacienda Contigo Somos Democracia

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