En una noche calurosa en Queens, Zohran Mamdani, de 33 años y con raíces indio-ugandesas, se alzó como el claro vencedor de las primarias a la alcaldía de Nueva York. Su triunfo se basa en una sencilla realidad: los costos prohibitivos de la vida en la gran ciudad. Mamdani, que promete una alcaldía centrada en las necesidades de los neoyorquinos de a pie, proviene de una ideología socialista que parece haber resonado profundamente en un electorado agobiado por los precios del alquiler y la educación infantil.
El coste de alquilar un apartamento o pagar una guardería en Nueva York se ha convertido en un lujo que pocos pueden permitirse, lo que ha llevado a más de medio millón de personas a abandonar la ciudad desde 2020, aunque el número de millonarios ha crecido. En respuesta, Mamdani ha propuesto medidas audaces como la creación de una red de guarderías públicas, la congelación de alquileres y la gratuidad del servicio de autobuses urbanos. Planes que, según sus críticos, podrían poner en «modo de pánico» al sector empresarial neoyorquino, especialmente tras anunciar su intención de financiar estas políticas mediante un aumento de los impuestos al 2% más rico y una solicitud de préstamo de 70.000 millones de dólares.
Mamdani ha sabido capitalizar no solo el descontento popular con las actuales circunstancias económicas, sino también el panorama político favorable, con un Partido Demócrata en busca de nuevas direcciones y la desacreditada figura de Andrew Cuomo, su principal rival en las primarias, marcado por escándalos de acoso. Su enfoque comunicativo, que combina carisma y el uso inteligente de las redes sociales, contrasta con el de Cuomo, basado en la recaudación récord de fondos y una extensa red de contactos políticos.
A pesar de críticas respecto a su experiencia y su relativa juventud, Mamdani, que reside en un apartamento de renta controlada y no posee un vehículo, ha hecho de su acceso limitado a recursos materiales un punto de identificación con el electorado. Su historia personal también ha jugado un papel clave, siendo hijo de padres con una sólida formación académica y activismo político.
Sin embargo, su militancia y su condición de musulmán han generado controversias, especialmente en lo que se refiere al conflicto israelí-palestino, lo que le ha obligado a invertir en seguridad personal debido al aumento de amenazas islamófobas. La pregunta sobre cómo se desenvolvería su relación con la administración Trump, notoria por sus posturas nativistas, añade una capa adicional de interés sobre su posible mandato.
La victoria de Mamdani representa una señal fuerte de los neoyorquinos hacia un cambio radical en cómo se enfocan los problemas sociales y económicos de la ciudad. Aunque aún queda por confirmar su triunfo en las elecciones generales de noviembre, su mensaje de una ciudad accesible y habitable para todos, más allá de los privilegios económicos, parece haber calado en el corazón de muchos habitantes de Nueva York.
