En una reciente declaración, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha lanzado una alarmante acusación hacia Rusia, afirmando que el país está «chantajeando al mundo» con el riesgo de un desastre nuclear. Según Zelenski, desde que Rusia tomó control de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, la ha utilizado no solo como base de operaciones sino también para almacenar equipos y armamentos. Esta acción, asegura el mandatario, representa una amenaza inmediata no solo para la seguridad de Ucrania sino para toda Europa y el mundo.
Zelenski, a través de un mensaje en su cuenta de Telegram, ha indicado que la presencia rusa en la planta es una «amenaza fundamental», la cual se manifiesta en los ataques contra Nikopol y otras comunidades cercanas. Este uso de la central nuclear va más allá del conflicto armado, adentrándose en una dinámica de amenaza global, puesto que cualquier incidente nuclear no conoce de fronteras.
Además, el líder ucraniano ha subrayado que la seguridad, bajo las actuales circunstancias, no puede garantizarse hasta que Ucrania retome el control de la central. Haciendo hincapié en el historial de la nación en mantener altos estándares de seguridad nuclear en décadas pasadas, Zelenski ha solicitado la cesación de lo que él denomina la «presencia criminal de Rusia» en Zaporiyia para evitar catástrofes de magnitudes inimaginables.
Desde marzo de 2022, poco después de que comenzara la invasión rusa a Ucrania, ambas partes se han acusado mutuamente de comprometer la seguridad de la central nuclear. Estas tensiones exacerbadas por el conflicto bélico reflejan el potencial de una crisis que trasciende lo militar, adentrándose en el terreno de la seguridad nuclear global.
Este llamado de atención por parte de Zelenski resalta la delicada situación en Zaporiyia y subraya la urgencia de abordar el conflicto no solo desde la perspectiva de la soberanía y los derechos humanos, sino también desde la prevención de un posible desastre nuclear que tendría consecuencias devastadoras para la humanidad. La comunidad internacional se encuentra así ante el desafío de responder a esta crisis con la seriedad y rapidez que amerita.
