En un mundo cada vez más interconectado por las finanzas digitales, Zambia ha emergido sorpresivamente como un actor protagonístico en el ámbito de las criptomonedas. Aprovechando excedentes de energía hidroeléctrica, el país africano ha implementado un modelo innovador para impulsar la minería de bitcoin, convirtiéndose en un caso de estudio por su enfoque sostenible y económicamente viable.
Situada al noroeste de Zambia, cerca del río Zambeze, una modesta planta hidroeléctrica en Zengamina se ha transformado en el núcleo de una operación de minería de bitcoins nada convencional. En un contenedor metálico situado en las inmediaciones, más de cien equipos trabajan sin cesar en el procesamiento de bloques de bitcoin, alimentados por un flujo constante de electricidad de bajo costo proveniente de la planta.
Este proyecto nació inicialmente como una solución para financiar la pequeña central eléctrica, construida en los años 2000 para proveer electricidad a comunidades locales desconectadas de la red nacional de energía. Sin embargo, gracias a la visión de la empresa Gridless, ha evolucionado hacia un sistema replicable que ha captado la atención a nivel global, incluyendo cobertura por parte de medios destacados como BBC News.
El éxito del proyecto en Zambia se basa en una colaboración mutuamente beneficiosa entre Gridless y la planta de Zengamina. Philip Walton, prominente figura detrás de Gridless, reveló que reconocieron la necesidad de asociarse con la compañía eléctrica local para maximizar la rentabilidad de la minería de bitcoin, ofreciendo a cambio una participación en los ingresos. Actualmente, el 30% de los ingresos de la central eléctrica proviene de la actividad minera, una cifra que subraya la importancia económica del proyecto.
Antes de la introducción de la minería de bitcoin, la planta hidroeléctrica operaba por debajo de su capacidad, generando más energía de la que podía distribuir o monetizar eficazmente. «Estábamos perdiendo más de la mitad de la energía que podíamos generar, lo cual comprometía nuestra viabilidad a largo plazo», explicó Daniel Rea, gestor del complejo eléctrico. Con la implementación de la minería de bitcoin, no solo se ha optimizado el uso de la energía generada sino que también ha contribuido a sostener económicamente la infraestructura.
La incursión de la minería de bitcoin en Zambia no solo ha reforzado la sostenibilidad económica de la central de Zengamina sino que también ha tenido un impacto positivo en la comunidad local. La disponibilidad de electricidad ha permitido el florecimiento de negocios locales, transformando la vida de muchos residentes en una zona que, hasta hace poco, carecía de acceso adecuado a infraestructura energética básica.
Mirando hacia el futuro, Gridless no ve este éxito como un caso único. La empresa ya ha replicado este modelo en otros países africanos y tiene planes para establecer nuevas plantas hidroeléctricas de bajo impacto conocidas como run-of-river a lo largo del continente. El objetivo de Gridless es claro: aprovechar el potencial hídrico de África para generar energía asequible y continuar expandiendo sus operaciones en el lucrativo mundo de la minería de criptomonedas. Este enfoque sostenible podría ser clave para desbloquear el potencial económico de regiones hasta ahora marginadas y fortalecer la presencia de África en el mapa global de las criptomonedas.