En un giro significativo dentro de la estructura de Hamás, el islamista Yahya Sinwar ha sido nominado como el nuevo máximo líder del buró político, cargo previamente ocupado por Ismail Haniye, quien murió en un ataque en Teherán la semana pasada, una acción que se atribuye a Israel. La elección de Sinwar, conocido por estar en la línea más dura y beligerante del grupo, como el cerebro detrás de los ataques del 7 de octubre y la figura más buscada por Israel desde entonces, marca un punto de inflexión en la jáquima del grupo militante palestino.
Se describe a Sinwar, por agentes israelíes que lo han interrogado, como un individuo «extremadamente inteligente», quien ya ejercía un poder significativo como líder de Hamás en la Franja de Gaza desde 2017, siendo el verdadero timón detrás de las decisiones cruciales del grupo, aun sobrepasando el peso político para enfocarse en la vertiente militar. Esta tendencia se evidencia claramente con su implicación directa en el planeamiento del ataque del 7 de octubre junto a Mohamed Deif, donde la rama política del grupo, incluido Haniyeh, no fue informada hasta que el plan ya estaba en marcha.
La firmeza de Sinwar también se ha visto reflejada en las negociaciones para alcanzar un alto el fuego, donde sus posturas intransigentes contrastan con el enfoque más pragmático y diplomático de Haniyeh. A pesar de las constantes amenazas de ser objetivo de Israel, y haber sido calificado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como un «hombre muerto andante», Sinwar ha logrado esquivar la captura mediante el uso de la amplia red de túneles subterráneos de Hamás.
Desde el inicio del conflicto actual, el paradero de Sinwar se ha mantenido como un enigma, contribuyendo a su leyenda entre sus seguidores y aumentando el interés de Israel por capturarlo. La liberación de la rehén Yocheved Lifshitz, quien afirmó haber sido visitada por Sinwar en los túneles poco después del ataque, aporta una rara visión sobre sus movimientos recientes.
Su trayectoria es notable; fue condenado a cuatro cadenas perpetuas en 1989 por Israel debido a su involucramiento en el secuestro y asesinato de soldados israelíes y palestinos acusados de colaboracionismo. Sin embargo, su liberación en 2011 como parte de un acuerdo de intercambio de presos destacó aún más su importancia dentro de Hamás y el significado de su liderazgo en el actual conflicto.
Este cambio en la dirigencia de Hamás, con Yahya Sinwar a la cabeza del buró político, no solo confirma un reajuste estratégico dentro de la organización, sino que también podría anticipar un período de mayor tensión y agitación en la ya turbulenta región, dado el perfil y la historia de Sinwar y su conocido enfoque en la acción militar sobre la diplomacia.