Una tragedia aérea sacudió a la comunidad internacional este martes, después de que un vuelo de Singapur Airlines, procedente de Londres y con destino a Singapur, experimentara severas turbulencias durante su trayecto, causando la muerte de una persona y dejando heridos a un número aún no determinado de pasajeros y tripulantes.
El incidente ocurrió a bordo de un Boeing 777-300 ER, que había despegado del aeropuerto de Heathrow, en Londres, con 211 pasajeros y 18 tripulantes. Según un comunicado de la aerolínea publicado en Facebook, la aeronave se vio sorprendida por «fuertes turbulencias», lo que desencadenó la emergencia durante el vuelo.
«Con gran tristeza, confirmamos que hay heridos y lamentablemente un fallecimiento. Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia del fallecido en estos difíciles momentos», señala el comunicado de Singapore Airlines, extendiendo sus condolencias a los afectados por este lamentable suceso.
En respuesta a la emergencia, el piloto solicitó permiso para realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto Suvarnabhumi de Bangkok, Tailandia, donde la aeronave aterrizó con seguridad alrededor de las 15:45 hora local (8:45 GMT). La compañía aseguró que su «prioridad es brindar toda la asistencia posible a los pasajeros y tripulantes a bordo», comprometiéndose a trabajar en estrecha colaboración con las autoridades tailandesas para garantizar la atención médica necesaria para los heridos y coordinando el envío de un equipo de apoyo adicional a Bangkok.
El reporte preliminar indica que el avión sufrió una pérdida súbita de altitud, desplomándose desde 37,000 a 31,000 pies en un lapso de cuatro minutos, según datos proporcionados por el sitio web AirRadar, antes de que la tripulación lograra estabilizar la situación.
La magnitud de la emergencia movilizó a decenas de ambulancias al aeropuerto de Bangkok, con reportes de televisión tailandesa cifrando los heridos en aproximadamente treinta personas. Imágenes y videos difundidos en las redes sociales capturaron el despliegue de los equipos de emergencia, en una carrera contrarreloj para atender a los afectados por el incidente.
El Ministro de Transporte de Singapur, Chee Hong Tat, no tardó en manifestar su pesar a través de las redes sociales, calificando el evento como un «triste incidente» y expresando su pésame a los familiares de la víctima mortal.
Este trágico suceso se suma a una serie de eventos que desafían la seguridad aérea y ponen a prueba la capacidad de respuesta de aerolíneas y autoridades ante emergencias de esta naturaleza. La investigación del siniestro continúa en curso, mientras la comunidad internacional aguarda respuestas sobre las causas detrás de las fuertes turbulencias que condujeron a tan lamentable desenlace.
