La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado que la Unión Europea mantendrá suspendidas las contramedidas ante los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos al acero y el aluminio. Esta decisión se produce en un contexto de tensiones comerciales, acentuadas por la reciente amenaza de Donald Trump de imponer un arancel general del 30% a partir del 1 de agosto. La UE había decidido congelar sus contramedidas, valoradas en 21.000 millones de euros, como un gesto de buena fe, pero la situación se complica con nuevas advertencias de Donald Trump sobre aranceles adicionales, lo que pone en jaque las negociaciones.
Von der Leyen ha manifestado la intención de continuar buscando soluciones negociadas, evitando un tono confrontacional, pero a la vez señala que la UE está preparando nuevas contramedidas en caso de que las negociaciones no prosperen. En Bruselas, la preocupación es palpable; hay divisiones entre los Estados miembros sobre la estrategia a seguir, con algunos países, como Francia, instando a una postura más firme, mientras que otros, como Alemania e Italia, optan por priorizar la negociación para evitar una disrupción comercial mayor con EE.UU.
A medida que se acerca la fecha límite del 1 de agosto, el futuro de la relación comercial entre la UE y EE.UU. se muestra incierto. La variedad de posturas dentro de la UE refleja un dilema complejo: equilibrar la necesidad de defender los intereses económicos europeos con la urgencia de mantener un diálogo que prevenga una escalada de medidas proteccionistas. La próxima reunión entre los embajadores de los Estados miembros será crucial para determinar los próximos pasos en esta disputa comercial que podría redefinir las relaciones transatlánticas.
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