Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, inauguró el curso político comunitario en Estrasburgo con un discurso marcado por un tono sombrío, en reacción a las críticas tras el polémico pacto comercial con Estados Unidos, conocido como el «verano de la humillación». En su discurso, enfatizó la necesidad de «luchar» por una Europa independiente, asegurando que el continente se enfrenta a desafíos que ponen en riesgo sus valores y su futuro. La mandataria subrayó que el contexto geopolítico actual ya no permite a Europa descansar en su proyecto de paz, enfatizando la urgencia de adaptarse a un nuevo orden mundial.
La presidenta alertó sobre un entorno internacional hostil en el que las potencias utilizan sus influencias como armas, lo que requiere una respuesta unificada y decidida por parte de la Unión Europea. «¿Tenemos el valor necesario para esta lucha?» se preguntó Von der Leyen, instando a los Estados miembros a dejar de lado sus divisiones internas en favor de una mayor cohesión. Este llamado a la acción, sin embargo, contrasta con las críticas que ha recibido por su gestión del pacto con EE.UU., que algunos consideran que compromete la independencia de Europa.
El discurso también refleja una evolución en la narrativa de la Comisión Europea, que ahora pone su foco no solo en los desafíos internos, sino en el papel geopolítico de la UE en el mundo. Von der Leyen parece querer establecer las bases de un legado centrado en la supervivencia y el fortalecimiento de Europa en medio de tensiones globales, aunque la ironía persiste en el hecho de que su llamado a la lucha resuena con las críticas sobre su estrategia comercial reciente.
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