En una nueva escalada de violencia que estremece el Líbano, el Ministerio de Salud Pública del país ha confirmado una trágica cifra de víctimas producto de recientes ataques israelíes. En conjunto, se reportan diez personas fallecidas y otras 31 heridas tras los bombardeos en las localidades de Ksar al Zaater, al sur del país, y Al Maali, al este.
La localidad de Al Maali, situada en la región de Balbek-Hermel, este del país, sufrió un ataque que dejó un saldo de cinco muertos y diez heridos. Este incidente aumenta la angustia y el temor entre los habitantes de la región, quienes se ven atrapados en el fuego cruzado de un conflicto que lleva más de un año activo.
Por otro lado, Ksar al Zaater, ubicada en la región de la meridional Nabatieh, también fue escenario de otro bombardeo que cobró la vida de cinco personas y dejó 21 heridos. Desde el Ministerio de Salud indicaron además la presencia de partes de cadáveres aún por identificar, previéndose la realización de pruebas de ADN para su reconocimiento.
El conflicto, que opone a Israel con el grupo chií Hizbulá, ha tenido un coste humano inmenso para el Líbano. Desde su inicio, más de 2.500 personas han perdido la vida y más de 11.850 han resultado heridas. La reciente escalada de violencia sólo agrava una situación ya de por sí crítica.
Entre los ataques más devastadores se cuenta el bombardeo cerca del hospital gubernamental Rafic Hariri, en las afueras de Beirut, que resultó en la muerte de 18 personas, incluidos cuatro menores, y 60 heridos, intensificando el clamor por intervenciones que frenen la violencia y aboguen por la paz en la región.
Estos eventos se inscriben en un contexto de violencia que no muestra signos de disminución, donde cada ataque lleva implícito el potencial de causar más sufrimiento a una población ya gravemente afectada por años de conflicto. La comunidad internacional observa con creciente preocupación mientras se busca una resolución al largo y desgastante enfrentamiento que ha marcado profundamente al Líbano y sus habitantes.