Garantizar el relevo generacional y adoptar tecnologías del siglo XXI para la gestión y uso del agua son los principales desafíos establecidos por Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, para su nuevo período de gestión de cuatro años. Reelegido recientemente, Villafranca asume su mandato con renovada «ilusión y esperanza» y una serie de retos importantes para abordar.
En una entrevista con Diario CLM, Villafranca destacó la importancia del relevo generacional, resaltando la estructura de edad de los socios de la entidad: más del 35% supera los 65 años, más del 25% se encuentra entre 55 y 65 años y sólo un 30-35% es menor de 35 años. La dificultad para atraer a trabajadores al sector agrícola, considerado un oficio «duro», es una preocupación central, y observó que los jóvenes tienden a preferir profesiones «más cómodas» y ubicaciones cercanas a centros urbanos.
Propuso una política de inmigración «clara y concreta» para formar a trabajadores en labores agrícolas y ganaderas, priorizando la adaptación a las prácticas locales. Además, destacó la correlación entre la rentabilidad de las cooperativas y la justa compensación económica, subrayando que los beneficios deben repartirse equitativamente entre los miembros como parte de su filosofía de economía social.
Sin embargo, Villafranca apuntó que, más allá de los salarios, es esencial proveer servicios básicos, como educación, sanidad y ocio, a las áreas rurales para atraer y mantener trabajadores en el campo.
En materia de agua, reiteró la relevancia de implementar tecnologías del siglo XXI para enfrentar la sequía en Castilla-La Mancha. Villafranca propuso primero conocer las reservas de agua subterráneas disponibles y, luego, desarrollar políticas hídricas con visión a nivel nacional. Criticó el actual manejo del agua, en particular el uso excesivo para la generación de energía eléctrica sin considerar otras necesidades.
Se manifestó contrario a que el agua se desperdicie fluyendo hacia el mar, defendiendo la necesidad de utilizarla de manera eficiente en la región mediante el reciclaje con energías renovables y la creación de infraestructuras adecuadas.
Sobre la consulta pública del Ministerio para la Transición Ecológica y las normas de explotación del Trasvase Tajo-Segura, señaló que la organización optó por no presentar alegaciones, mostrando una disposición a adaptarse a los nuevos tiempos y sugerir que parte del agua debería quedarse en Castilla-La Mancha.
Definiendo a las Cooperativas Agro-alimentarias como una entidad «leal» con la administración, Villafranca subrayó la comunicación continua con el Gobierno de Castilla-La Mancha y expresó confianza en la Unión Europea, destacando la importancia de contar con representantes familiarizados con la realidad del sector agrícola en el Parlamento Europeo.
Finalmente, en referencia al cambio climático y sus retos para la agricultura, Villafranca abogó por un enfoque pragmático que permita adaptaciones en línea con las realidades económicas y climáticas locales, enfatizando la necesidad de tiempo y rentabilidad para implementar nuevas prácticas y tecnologías en el sector.
