El acuerdo alcanzado entre el PSOE y el Partido Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha ha resultado en la aprobación de una nueva reforma del Estatuto de Autonomía regional, 43 años después de la aprobación del texto original. Durante una sesión plenaria que se llevó a cabo este jueves y que concluyó tras casi tres horas, el Grupo Parlamentario Vox, la tercera fuerza en el parlamento autonómico, votó en contra del texto.
El pacto entre socialistas y ‘populares’ establece que el número de diputados en las Cortes oscilará entre un mínimo de 25 y un máximo de 55, aunque esta medida quedará en suspenso hasta diciembre de 2027, para que no afecte a las elecciones de mayo. Esta reforma se convierte en la quinta significativa del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha desde su aprobación en agosto de 1982, tras las reformas de 1991, 1994, 1997 y 2014. Además, incorpora cambios en temas como el agua, la Agencia Tributaria, los aforamientos y los derechos de diversos colectivos, teniendo en cuenta también las aportaciones de la sociedad civil.
Ana Isabel Abengózar, diputada socialista y ponente de la Proposición de Ley, destacó la relevancia del día y el esfuerzo realizado para alcanzar el consenso necesario. Abengózar expresó su esperanza de que el texto reciba un amplio respaldo en el Congreso de los Diputados, subrayando que este nuevo Estatuto no solo protege los logros existentes, sino que también aborda los desafíos del presente y futuro de la región. Criticó las enmiendas de Vox, que consideró llenas de ideología y odio, y recordó que esta reforma tiene como objetivo primordial el bienestar de Castilla-La Mancha.
Por su parte, el presidente del PP en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, se refirió al nuevo Estatuto como un texto “para un tiempo de cambio”, destacando la necesidad de un consenso que no perjudique a los ciudadanos. Aclaró que en las elecciones de mayo de 2027 se votará el mismo número de diputados y celebró la inclusión de la eliminación de aforamientos en el texto. También criticó la postura de Vox, argumentando que su negativa se basa en una visión de la realidad que no reconoce el Estado de las autonomías.
Vox, en la voz de su presidente David Moreno, tildó la aprobación del nuevo Estatuto como un «teatro institucional» reservado para el bipartidismo, cuestionando por qué ambos partidos no forman una unión más formal dada su aparente compenetración. Moreno argumentó que la reforma no aborda las verdaderas preocupaciones de la ciudadanía y que solo sirve para asegurarse privilegios políticos, en lugar de centrarse en necesidades fundamentales como la educación y la salud. Además, advirtió sobre el costo de la reforma y los riesgos de aumentar la burocracia en lugar de mejorar la eficacia del gobierno regional.
La aprobación de esta reforma se presenta como un nuevo capítulo en la política de Castilla-La Mancha, marcado por la colaboración entre PSOE y PP, mientras la oposición de Vox continúa en desacuerdo sobre la dirección que debe tomar la región.