En un reciente giro en el conflicto sirio, rebeldes han logrado tomar control de Daraa, una ciudad clave en el sur de Siria y capital de la provincia del mismo nombre, según informes del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Este logro representa uno de los avances más significativos para los grupos rebeldes en los últimos tiempos, alcanzando dominio sobre más del 90% de la provincia. La caída de Daraa es particularmente simbólica, considerando que es el lugar donde comenzó la Primavera Árabe en Siria, marcando el inicio de una prolongada guerra civil que ha devastado el país.
En un comunicado, el Observatorio indicó que las «facciones locales» han presionado a las fuerzas del régimen y a los cuerpos de seguridad para que deserten inmediatamente, logrando también apoderarse de numerosos sitios militares, puestos de control y cuarteles a lo largo de la provincia. Este avance es resultado de una ofensiva meticulosamente coordinada que comenzó en las primeras horas de la mañana, llevando al control total por parte de los rebeldes de estratégicas ubicaciones militares.
La provincia de Daraa fue recuperada por el ejército sirio en 2020 con el apoyo de Rusia. Sin embargo, un acuerdo mediado por Damasco y Moscú terminó dejando el control de la región en manos de un diverso conjunto de grupos locales, entre ellos la Octava Brigada y los Comités Centrales. Este contexto ha creado un terreno fértil para el conflicto y la inestabilidad, culminando en el reciente avance rebelde.
Respondiendo a estos desarrollos, un conglomerado de grupos rebeldes anunció la formación del Mando de Operaciones Sur, una alianza armada que apunta a Damasco como su objetivo principal. Este nuevo frente ha hecho un llamado a la deserción en las filas del gobierno, indicando una estrategia de confrontación directa contra las fuerzas de Bashar Al-Asad. Además, han prometido proteger las fronteras del sur del país con Jordania y trabajar para restablecer la estabilidad en la región.
La importancia de Daraa, tanto estratégica como simbólicamente, no puede ser subestimada. Su caída ante los rebeldes no sólo cambia el panorama militar en el sur de Siria, sino que también constituye un golpe significativo al régimen de Al-Asad, resonando como un recordatorio de las protestas que una vez encendieron la chispa de la guerra civil siria. Mientras el conflicto continúa evolucionando, los ojos del mundo están puestos en Daraa, recordando que la lucha por el control en Siria está lejos de haber terminado.