Victoria histórica de la ultraderecha en Austria por el debate migratorio, incertidumbre en la formación de gobierno

En una clara señal de un cambio político hacia la derecha en Europa, el Partido de la Libertad (FPÖ) de Austria ha obtenido una victoria histórica en las recientes elecciones legislativas del país. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, esta formación de ultraderecha ha conquistado el primer lugar en unas elecciones generales en Austria, consolidando la tendencia ascendente de partidos similares a nivel continental.

Con aproximadamente el 28,8% de los votos, el FPÖ ha conseguido unos 57 escaños en el Parlamento, lo que representa un aumento significativo comparado con su posición anterior. Este resultado supera al del partido conservador ÖVP del canciller Karl Nehammer, que ha obtenido el 26,2% de los votos, lo que le otorga 52 escaños, y al del partido socialdemócrata SPÖ, que con el 21,1% de los votos y 40 escaños, ha enfrentado su peor resultado histórico.

Herbert Kickl, líder del FPÖ, expresó su satisfacción con los resultados, aunque reconoció que su partido no tiene suficientes escaños para formar gobierno en solitario. La reticencia de otros partidos a colaborar con el FPÖ bajo su liderazgo plantea un escenario complejo para la formación de un nuevo gobierno. Las opciones parecen limitarse a una gran coalición entre el ÖVP y el SPÖ, o una alianza entre el ÖVP y el FPÖ sin Kickl al frente.

Este triunfo del FPÖ no solo marca una recuperación tras el escándalo del ‘caso Ibiza’ que afectó gravemente a su imagen en 2019, sino que también subraya el auge de narrativas antiinmigración en la política austríaca, en un contexto donde incluso partidos de izquierda como el SPÖ han adoptado posturas más restrictivas respecto a la migración.

Kickl, conocido por sus declaraciones polémicas y su retórica nacionalista, ha sido una figura divisiva en la política austríaca. Su asociación con teorías conspirativas y sus vínculos con grupos extremistas han sido fuente de controversia. Pese a ello, si las encuestas anticipaban que su partido quedaría primero, Kickl había dejado claro que no aceptaría un acuerdo que relegara al FPÖ a una posición secundaria en el gobierno.

Más allá de Austria, la victoria del FPÖ ha sido celebrada por varios partidos políticos de ultraderecha en Europa, viéndola como un avance en su lucha por la defensa de los intereses nacionales y la oposición a la inmigración. La consolidación de la ultraderecha prorrusa, que incluye oposición a medidas de apoyo a Ucrania y sanciones contra Rusia, refleja un cambio en la política europea hacia posturas más aislacionistas y nacionalistas.

Entre las repercusiones internacionales, destaca la alianza forjada a principios de este año entre Kickl y el Fidesz del primer ministro húngaro Viktor Orbán, lo que indica una creciente red de partidos políticos en Europa con una agenda común de políticas antiinmigración, soberanistas y, en muchos casos, prorrusas. Este resultado electoral no solo cambia el panorama político en Austria, sino que también puede tener implicaciones significativas para la dinámica política más amplia de Europa.

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