En un reciente desarrollo que intensifica las tensiones en Venezuela antes de las elecciones previstas para este domingo, el ministro de Interior venezolano, Diosdado Cabello, anunció la detención de tres extranjeros más -un ciudadano español, un argentino y un búlgaro- acusados de conspirar contra el proceso electoral. Estos arrestos elevan a 20 el número de extranjeros detenidos en las últimas semanas bajo acusaciones de planear disturbios y sabotajes relacionados con las elecciones.
Durante su programa semanal en el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), Cabello acusó específicamente al detenido de nacionalidad española de estar «vinculado a mafias del narcotráfico» y envió un mensaje contundente a quienes pretenden desestabilizar el país: «Si vienen para acá a conspirar, los vamos a agarrar, sépanlo». Hasta el momento, se han realizado 38 detenciones, incluidos 21 venezolanos y 17 extranjeros, algunos de los cuales habían salido previamente del país y regresaron para supuestamente participar en actividades desestabilizadoras.
Las acusaciones no se detuvieron allí. Cabello vinculó directamente a los detenidos con un plan para «sabotear, por la vía violenta, las elecciones» haciendo uso de explosivos. Señaló a la líder opositora María Corina Machado como figura detrás de estos esquemas, una afirmación que agrega más leña al fuego en el ya polarizado ambiente político de Venezuela.
En respuesta a las amenazas percibidas, el gobierno ha desplegado más de 412,000 efectivos militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para proteger las instalaciones y el material electoral, una movilización que el ministro de Interior asegura garantizará el éxito de las votaciones.
Cabello también detalló que el supuesto plan antielectoral incluía “ataques” contra infraestructuras críticas como embajadas, comandos policiales, hospitales, estaciones de servicio y el sistema eléctrico nacional. Esta narrativa amplifica el discurso gubernamental sobre intervenciones externas y conspiraciones ajenas destinadas a desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro.
Adicionalmente, como medida de precaución, el líder chavista anunció la suspensión de todos los vuelos desde Colombia, citando la llegada de presuntos mercenarios de nacionalidades colombiana, mexicana y ucraniana que buscarían ingresar a Venezuela para unirse a los esfuerzos de desestabilización.
Estos eventos ocurren en un momento crítico para Venezuela, en el que el gobierno de Maduro enfrenta presiones internas y externas en torno a la legitimidad y transparencia de las próximas elecciones. Con la detención de estos extranjeros y la movilización de la FANB, el gobierno venezolano parece estar consolidando su postura de defensa frente a cualquier intento de alterar el orden electoral, mientras que la oposición y observadores internacionales observan con preocupación el aumento de la tensión y las acusaciones de conspiración.
