En un movimiento que destaca la creciente importancia estratégica de Groenlandia en el tablero geopolítico global, el vicepresidente de Estados Unidos, J.D Vance, ha comunicado su intención de realizar un segundo viaje a la isla este viernes, 28 de marzo. Esta visita, según Vance, tiene como objetivo principal evaluar «qué está ocurriendo con la seguridad de Groenlandia», en un contexto donde «muchos países han amenazado» tanto al país como a sus aguas, lo cual, de acuerdo con él, representa una amenaza para Estados Unidos, Canadá y los propios groenlandeses.
Este anuncio llega en un momento particularmente tenso, luego de que la Casa Blanca confirmase la visita de Usha Vance, esposa del vicepresidente, y uno de sus tres hijos a Groenlandia, prevista para el jueves, con regreso el sábado. “Ha habido tanta emoción en torno a la visita de Usha a Groenlandia este viernes que decidí que no quería que se divirtiera sola. Así que voy a acompañarla”, manifestó J.D Vance en un vídeo, resaltando la importancia de evaluar la situación de seguridad en la región y visitar a los guardianes de la Fuerza Espacial desplegados en la costa noroeste de Groenlandia.
La preocupación por la seguridad de los ciudadanos de Groenlandia y su relevancia para la seguridad mundial ha sido un tema constante en el discurso del vicepresidente. “Queremos asegurar la seguridad de los ciudadanos de Groenlandia porque creemos que es importante para la seguridad del mundo entero”, sostuvo. Vance también criticó la gestión de líderes anteriores de América y Dinamarca, afirmando que estos han ignorado Groenlandia por demasiado tiempo, y expresó su esperanza de que su intervención pueda marcar el comienzo de una nueva dirección en cuanto a la relación con la isla.
Paralelamente, el presidente autonómico de Groenlandia, Múte B. Egede, solicitó «un apoyo internacional claro» contra lo que describió como comportamiento «agresivo» por parte de Estados Unidos, desencadenado específicamente por la visita privada de Usha Vance a la isla. Egede subrayó la necesidad de una condena internacional fuerte para frenar la agresión estadounidense, la cual, en su opinión, podría intensificarse con el tiempo si no se toman medidas.
Además, esta situación tiene lugar en un contexto donde el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado sus críticas hacia la Unión Europea, refiriéndose a esta como una «gorronea» y acusando a los europeos de no contribuir justamente a los gastos de defensa de la OTAN. Esta dinámica complica aún más el panorama internacional y subraya la complejidad de las relaciones transatlánticas en la actualidad.
Sin duda, la próxima visita de J.D Vance a Groenlandia y su implicación directa en asuntos de seguridad en la región genera expectativas sobre posibles cambios en la política exterior estadounidense hacia la isla y, por extensión, hacia el Ártico. Con la creciente importancia geopolítica de Groenlandia, los ojos del mundo estarán puestos en los resultados de esta misión y su impacto en la estabilidad regional y global.
