En un encuentro celebrado hoy en Madrid, el presidente de la Diputación de Ciudad Real y de la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), Miguel Ángel Valverde Menchero, se ha comprometido a potenciar este relevante evento vitivinícola ante la presencia del Cuerpo Diplomático de los Embajadores del Vino de FENAVIN. Durante una reunión anual a la que estos embajadores están comprometidos a asistir, Valverde, acompañado por las vicepresidentas Sonia González y María Jesús Pelayo, así como por Manuel Juliá, director de la feria, expresó su gratitud por la aceptación y ejercicio efectivo de su rol como embajadores.
El encuentro, caracterizado por la notable presencia de periodistas, empresarios, actores, comunicadores, doctores y enólogos, fue el escenario en el que Valverde resaltó la importancia de FENAVIN como la feria de vino español más destacada a nivel mundial y su aspiración a que continúe en esta posición gracias al apoyo de los embajadores.
El presidente de la Diputación subrayó la intención de mantener a FENAVIN como una feria conocida, reconocida y respetada, y compartió la posibilidad de asociar la imagen del evento con la icónica figura del Quijote, emblema de la provincia de Ciudad Real. Señalando que Ciudad Real produce el 25% del vino español, Valverde reafirmó el compromiso con el crecimiento de la feria y con el aumento de conocimiento y competitividad de los vinos de la región.
Manuel Juliá agradeció la asistencia de los embajadores y cedió la palabra a Manuel Villanueva, secretario del Cuerpo Diplomático de los Embajadores del Vino de FENAVIN, quien hizo hincapié en el papel de la diplomacia del vino como una herramienta para su promoción y expansión, así como para consolidar su lugar en la cultura.
Villanueva recordó la importancia de viajar para ganar empatía, cultura y solidaridad, virtudes que según él, comparte el mundo del vino, describiéndolo como fuente de vida, paisaje, descanso, brindis y una conexión inquebrantable con la gastronomía.
El evento concluyó con palabras que invitaron a vivir la experiencia del vino más allá del mero acto de probarlo, fomentando asimismo el viaje y la participación cultural que rodea a este elixir de la vida.