En una reciente emisión de «La revuelta», el programa nocturno de La 1 dirigido por David Broncano, Valeria Ros destacó una vez más por su carismática y a veces polémica presencia. Tras la venia de Yolanda Ramos la noche anterior, Ros aprovechó su segmento para lanzar un debate insólito: la decisión de tener hijos fuera del marco de una relación de pareja, una práctica que parece estar ganando terreno en la sociedad moderna.
La comunicadora compartió ejemplos personales de cómo ha planteado a amigos la posibilidad de co-paternidad, sugiriendo, al cierre de su intervención, que los espectadores compartiesen sus opiniones en las redes sociales, curiosamente utilizando la etiqueta «Juan del Val La revuelta». El momento tomó por sorpresa a David Broncano, que no pudo reprimir su asombro y confusión, creando un intercambio lleno de confusión y humor.
El juego de palabras de Ros, que provocó comparaciones entre ella y Juan del Val —personaje conocido por sus intervenciones en «El hormiguero»— no cayó del todo en gracia, pero demostró una vez más la capacidad del programa para mezclar humor, actualidad y reflexión social. Incluso el intento de Ros por salvar la broma con un cambio de hashtag a #ValdelJuan, añadió una capa adicional de comedia al momento.
La situación escaló cuando, intentando cerrar el programa, David Broncano se dirigió al director con un «¿Qué dices? ¿Podemos acabar ya el programa, Ricardo?», mostrando la espontaneidad y los giros inesperados que suelen caracterizar las transmisiones de «La revuelta». Valeria Ros, sin amilanarse, aprovechó los últimos segundos del show para expresar su admiración por Juan del Val, aludiendo en un giro humorístico e inesperado, a su contribución al feminismo.
La presencia constante de Valeria Ros en «La revuelta» y su habilidad para generar temas de conversación, aunados a los improvisados intercambios con Broncano, refuerzan la fórmula que ha hecho del programa un espacio único en la parrilla televisiva de TVE. Este tipo de interacciones, que oscilan entre el desconcierto, el humor y el debate cultural, son muestra fiel del carácter impredecible y enérgico que la audiencia puede esperar noche tras noche.