La Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) ha anunciado la puesta en marcha de un proyecto pionero de fertirrigación, denominado ‘Life TRIPLET’, en colaboración con varias comunidades de regantes y de usuarios de aguas subterráneas de España, incluida la CUAS Mancha Occidental II. El objetivo principal de este proyecto es aumentar la sostenibilidad de la agricultura de regadío y mejorar su productividad utilizando los mismos o menores recursos hídricos.
El proyecto se llevará a cabo en tres localidades de Castilla-La Mancha: Alcázar de San Juan, Campo de Criptana y Villarrobledo. Se aplicará en los cultivos más representativos de la región, como el viñedo, el pistacho o el melón. Para lograr esto, se instalarán sensores digitales en las parcelas de riego de las explotaciones agrarias, lo que permitirá conocer la cantidad y la calidad del agua de riego utilizada por los agricultores. Con esta información, se podrá determinar la cantidad de nutrientes que el agua contiene y así proporcionar a los cultivos los nutrientes adecuados.
Según Alejandro Pérez, coordinador del proyecto y catedrático de la UPCT, este sistema permitirá a los agricultores conocer la mezcla final de agua que llega a sus cultivos, así como la cantidad de agua necesaria para regar. Esto optimizará el uso de los recursos hídricos y aumentará la producción de los cultivos.
El proyecto Life TRIPLET cuenta con la colaboración de diversos socios, incluido el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), Agbar, Aquatec, Cetaqua, Azud, FMC, la Comunidad de Usuarios de la Masa de Agua Subterránea Mancha Occidental II y FENACORE. Además de Castilla-La Mancha, se realizarán ensayos en parcelas demostrativas de comunidades de regantes en el Campo de Cartagena, Totana, Pliego, Pulpí (Almería) y Acequia Real de Júcar (Valencia).
La implementación de este proyecto servirá para demostrar la importancia de optimizar el uso del agua en la agricultura y promover su uso eficiente. Con la digitalización de la fertirrigación, se espera lograr una mayor productividad en las explotaciones agrícolas sin un aumento significativo en el consumo de agua. Además, contribuirá a mejorar la sostenibilidad y la rentabilidad de la agricultura de regadío en España.