La Unidad de Ictus del Hospital General Universitario de Ciudad Real ha marcado un hito en su primer año de operaciones, atendiendo a 361 pacientes y logrando una significativa reducción en las secuelas y reducción de discapacidad grave en pacientes con accidente cerebrovascular. El estudio ‘Diagnósticos de novo en pacientes monitorizados en la Unidad de Ictus’ destaca los beneficios de los análisis y pruebas detalladas, los cuales han permitido no solo atenuar el impacto del ictus, sino también detectar patologías subyacentes que podrían haber contribuido a su desarrollo.
La unidad, avalada por el Gobierno regional como un servicio de excelencia, dispone de cuatro camas y está gestionada por un equipo altamente cualificado de neurólogos, enfermeros y técnicos en cuidados de enfermería, brindando vigilancia continua y una pronta respuesta a cualquier incidente.
Laura Barrios, enfermera de la unidad, enfatiza la importancia de la monitorización constante para la prevención y atención inmediata de incidencias. Asimismo, los pacientes ingresan en promedio de 24 a 72 horas, con un porcentaje de ocupación del 68% y picos de actividad registrados durante mayo y diciembre.
El estudio resalta la igualdad de afectación por ictus entre hombres y mujeres, la notoria incidencia en individuos menores de 65 años y la procedencia de un 40% de los casos del medio rural. Además, la satisfacción de los pacientes y sus familiares es notable, con calificaciones en su mayoría de muy buenas a excelentes.
La Unidad de Ictus ha apostado por la calidad al registrarse en el RES-Q, una plataforma internacional que mide el estándar asistencial en servicios de ictus. Los resultados hablan por sí solos, obteniendo la máxima puntuación en seis de siete categorías evaluadas y con el objetivo de alcanzar la perfección en el próximo período evaluado.
El ictus, que resulta de la obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo en el cerebro, representa una importante causa de mortalidad y morbilidad en España y especialmente en Castilla-La Mancha. Aunque afecta a cualquier edad, su prevención está en manos de controlar factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo, entre otros. El trabajo de esta Unidad de Ictus no sólo está salvando vidas, sino que también está mejorando la calidad de vida de cientos de pacientes, allanando el camino hacia una recuperación más plena y evitando discapacidades posteriores.
