Una Solicitud Inesperada: Sonsoles Ónega Sorprendida por Petición de Invitada en Directo

En una reciente emisión del programa «Y ahora Sonsoles», emitido por Antena 3, la presentadora Sonsoles Ónega se encontró con una sorpresa inesperada durante una videollamada con Ramona Maneiro. Mientras discutían un tema tan delicado como la eutanasia y la muerte asistida de Ramón Sampedro, un caso que sacudió la conciencia del país en 1998, Ónega no esperaba que la conversación tomara un giro inesperado.

El debate sobre la eutanasia, reactivado por el testimonio de Maneiro, quien fue quien asistió a Sampedro en su decisión de morir, marcó buena parte de la charla. La participación de Maneiro, quien declinó una invitación previa para acudir físicamente al plató por razones personales, fue recibida con gran interés por los espectadores y la propia Ónega. Sin embargo, fue el inesperado pedido de Maneiro lo que dejó a la presentadora particularmente sorprendida.

Justo cuando la entrevista parecía llegar a su fin, Ramona Maneiro aprovechó el momento para solicitar a Ónega un obsequio bastante peculiar. A diferencia de las típicas solicitudes de aparecer en el estudio o realizar declaraciones adicionales, Maneiro pidió algo material: «¿Yo puedo pedirte una cosa?», empezó, lo que inmediatamente generó expectativa. Y continuó, aludiendo a las recompensas que comúnmente se ofrecen en los programas: «Oye, mándame un paraguas, un gorro o algo, que nunca nadie me da nada… Aunque me paguéis algo, que yo sé que me estáis pagando mogollón, porque todo el mundo lo va a decir».

La reacción de Ónega fue de total sorpresa, inicialmente ofreciendo una taza del programa como obsequio. Sin embargo, Maneiro, con humor, rechazó la idea señalando el deseo de recibir algo más original y menos predecible que una simple taza: «Sonsoles, que todo el mundo regala tazas. Sed diferentes.» Este intercambio, no solo mostró la buena química entre Maneiro y Ónega sino que también brindó un momento ligero y humano en medio de una discusión sobre temas profundamente serios y emotivos.

Finalmente, Ónega prometió buscar algo más adecuado, reconociendo los límites del «merchandising» del programa pero evidenciando su disposición a atender la peculiar solicitud de Maneiro. Este intercambio no solo sirvió como un momento de levedad sino que también destacó la importancia de mantener la humanidad y la conexión personal, incluso en discusiones de temas tan críticos como la eutanasia.

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