El presidente Donald J. Trump ha firmado una Orden Ejecutiva que establece una voz clara y unificada para las relaciones exteriores de Estados Unidos. Esta decisión busca reafirmar la autoridad presidencial en la implementación de la política exterior, alineando casi todos los aspectos de la diplomacia estadounidense bajo una misma dirección.
La nueva normativa establece que todas las personas involucradas en la aplicación de la política exterior del presidente deberán actuar bajo su autoridad y dirección. Esto incluye un enfoque renovado sobre el papel del Secretario de Estado, quien verá reforzada su supervisión sobre los Oficiales de Servicio Exterior y otros empleados civiles, garantizando que sus acciones se alineen con la visión del presidente.
Uno de los objetivos fundamentales de esta orden es reformar el servicio exterior en aspectos clave como reclutamiento, evaluación del desempeño y estándares de retención, asegurando así que solo las personas más calificadas y comprometidas representen los intereses estadounidenses en el extranjero. El Secretario de Estado también tiene la facultad de revisar o reemplazar manuales y documentos operativos que guían el funcionamiento del servicio exterior.
El presidente Trump ha subrayado su compromiso de salvaguardar la integridad de la política exterior de Estados Unidos, enfatizando que los intereses de la nación deben tener prioridad. Esta estrategia busca garantizar que las acciones diplomáticas estén en sintonía con sus directrices, evitando que el país sea un blanco fácil para naciones extranjeras o actores deshonestos que amenacen la soberanía y seguridad de Estados Unidos.
Con esta declaración, el presidente sostiene la importancia de un enfoque fuerte y efectivo hacia las relaciones internacionales, que ponga a los intereses de EE. UU. en primer plano, reafirmando su autoridad constitucional en este ámbito.
El orden cumple con una promesa de campaña de Trump, en la que se comprometió a colocar a Estados Unidos en un lugar prioritario dentro de la política exterior global. Desde su primer día en el cargo, ha promovido la idea de que la política exterior debe priorizar los intereses y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses, un principio que sigue reforzando con esta nueva directiva.
Esta medida se presenta como un paso más en la agenda del presidente para garantizar responsabilidad y eficacia en el servicio diplomático de su administración, colocando a EE. UU. como un actor firme y cohesionado en el escenario mundial.
Fuente: WhiteHouse.gov