La reciente implementación de la medida conocida como «One Big Beautiful Bill» trae consigo una buena noticia para la mayoría de los jubilados en Estados Unidos: el 88% de aquellos que reciben beneficios de Seguridad Social no pagará impuestos sobre esos ingresos, según un análisis reciente del Consejo de Asesores Económicos.
Este cambio representa un hito significativo en la política fiscal, especialmente para los mayores. Un pensionista que presenta su declaración como contribuyente soltero y recibe el beneficio de jubilación promedio de unos 24,000 dólares al año notará que las deducciones fiscales exceden los ingresos gravables de sus beneficios de Seguridad Social. Lo mismo ocurre con las parejas casadas cuyos ingresos combinados, también provenientes de la Seguridad Social, suman aproximadamente 48,000 dólares anuales. En estos casos, los beneficios que obtuvieron a lo largo de su vida laboral se verán protegidos de gravámenes innecesarios.
Además, esta reforma se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por aliviar la carga financiera de los estadounidenses mayores. Muchos de ellos han trabajado arduamente durante décadas, y esta medida les permitirá conservar una mayor parte de sus ingresos, facilitando la planificación para sus gastos en un periodo crítico de sus vidas.
Con este cambio se configura lo que muchos han calificado como el mayor alivio fiscal en la historia para los adultos mayores del país. Al dejar de imponer impuestos sobre sus beneficios, el gobierno está cumpliendo con las promesas hechas en campañas anteriores, elevando así la calidad de vida de quienes han contribuido al sistema durante tantos años.
Así, la administración se asegura de que, a medida que los jubilados navegan en esta nueva etapa de sus vidas, puedan hacerlo con más tranquilidad financiera. Un pequeño paso en la política, pero un gran salto en la vida de millones de estadounidenses.
Fuente: WhiteHouse.gov