El VII Winter Festival de Puertollano se convirtió en un emotivo viaje musical a través del tiempo con la celebración de su séptima edición, donde las leyendas del panorama musical español de los 80 irrumpieron en el escenario con una energía inagotable. En la icónica localidad de Puertollano, el pabellón de La Central se llenó al completo de seguidores que tuvieron la suerte de asegurar su entrada en un tiempo récord de tan solo 15 días, para disfrutar de una noche memorables al ritmo de sus bandas favoritas.
La séptima edición del Winter Festival contó con la presencia del alcalde Miguel Ángel Ruiz y varios miembros de la Corporación Municipal, quienes se sumaron al público en esta vibrante celebración de la música. La velada abrió con la actuación enérgica de Los Rebeldes, liderados por Carlos Segarra. Con una voz que desgarraba el silencio, interpretaron sus éxitos más conmovedores, dejando una huella imborrable en cada una de las dos mil almas presentes.
La temperatura siguió escalando con Tennessee, triunfando con sus notas de blues, swing y baladas que parecen no envejecer. Amancio Jiménez, Roberto Gil e Isidro Arenas mostraron por qué siguen siendo figuras destacadas en la escena musical, transportando al público desde «Jóvenes» hacia un viaje por su repertorio que incluyó una versión inolvidable de «Can’t Help Falling In Love» de Elvis Presley.
Cuando el evento alcanzó su punto medio, el dúo Cómplices compuesto por María Monsonís y Teo Cardalda subió al escenario para compartir sus melodías nostálgicas e himnos generacionales. Los hits como “Cuando duermes” o “Es por ti” provocaron la unión del público en una sola voz, que cantó y se movió al ritmo de estos temas eternos.
El broche final de la noche fue obra de Tam Tam Go, donde Nacho y Javier Campillo, tras rendir homenaje a Antonio Vega, deleitaron a los asistentes con clásicos que han marcado a una generación. La presentación de su nuevo sencillo «Puente de Plata» corroboró que su música sigue vigente y con mensajes que resonaron en la actualidad, como su llamado al cese de conflictos bélicos antes de concluir con su tema “Espaldas mojadas”.
El Winter Festival de Puertollano fue, sin duda alguna, un acontecimiento para la memoria, donde se fusionó el pasado con el presente a través de la pasión por la música. Los fans, tanto locales como visitantes, confirmaron que la magia de la música en vivo sigue siendo una de las experiencias más conmovedoras y unificadoras que existen.
