En una jornada marcada por la intensidad y la pasión por el fútbol sala, el técnico David Ramos compartió sus pensamientos tras un desenlace amargo para su equipo. La derrota en la tanda de penaltis dejó un sabor agridulce, manifestando que, a pesar de haber ejecutado un juego sobresaliente, las circunstancias no terminaron favoreciéndolos. Ramos señaló cómo este resultado demuestra la fina línea existente entre el triunfo y el desaliento, resaltando la entrega y el nivel mostrado por su plantel durante el partido.
La competición, que prometía ser una página más en la historia del equipo, terminó con una nota de tristeza y reflexión. Ramos, con un tono de voz que denotaba tanto orgullo como desilusión, hizo hincapié en la crudeza de los penaltis como método de desempate. A su juicio, estos momentos son los que verdaderamente prueban el carácter de un equipo, mostrando cómo, aun en la derrota, hay lecciones valiosas que aprender y sobre las cuales construir de cara al futuro.
Finalmente, el técnico hizo un llamado a la resiliencia y la mirada hacia adelante, reconociendo los logros de su equipo a lo largo de la temporada. Remarcó la importancia de valorar el esfuerzo y la dedicación mostrados, independientemente del resultado final. Para David Ramos, este no es más que un capítulo en el libro del equipo, uno que, si bien está marcado por la amargura del qué pudo haber sido, también destaca la fortaleza y la promesa de lo que está por venir.
