Una investigación realizada por la Universidad de Castilla-La Mancha ha revelado conexiones significativas entre una dieta poco saludable, el estrés y el desarrollo de enfermedades intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Este estudio busca contribuir a la reducción de problemas gastrointestinales, fomentando hábitos de vida más saludables.
Los hallazgos del estudio, dirigido por el profesor Juan Manuel Carmona Torres de la Facultad de Fisioterapia y Enfermería de Toledo, señalan que una alimentación rica en hidratos de carbono y grasas, junto con una ingesta baja en fibra, está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades intestinales. En contraste, el consumo de verduras, frutas y granos integrales, que son ricos en fibra, se vincula positivamente con la salud intestinal. El estudio también concluye que factores como la ansiedad y la vida urbana aumentan la probabilidad de experimentar una mala digestión y problemas en el intestino, según la información proporcionada por la institución académica.
Participaron en la investigación 312 personas, divididas en dos grupos: aquellos que padecen enfermedades inflamatorias intestinales y personas sanas. Los participantes respondieron a un cuestionario que abarcaba sus hábitos alimenticios, niveles de ansiedad y estrés, así como su lugar de residencia, ya sea en el campo o en la ciudad.
El profesor Carmona enfatizó la importancia de este estudio para entender las causas que llevan a un número creciente de personas a sufrir enfermedades inflamatorias intestinales. Los resultados respaldan la noción de que existe una relación entre la alimentación, el entorno en el que se vive, la genética heredada y la aparición de problemas en el intestino.