El alcalde de Villarrobledo, Valentín Bueno, ha expresado su felicitación al agente de policía local José Losa por su valiente actuación durante la procesión infantil del pasado domingo, en la que atendió a un niño que se encontraba en una situación de asfixia por atragantamiento.
El agente relató que, mientras realizaba su servicio, escuchó la desesperada llamada de auxilio de los padres del menor. Al acercarse, se dio cuenta de que el niño presentaba evidentes signos de asfixia, por lo que no dudó en aplicar la maniobra de Heimlich, adaptando su técnica a la corta edad y constitución del niño. Gracias a su rápida intervención, el pequeño logró expulsar el caramelo que le había causado el atragantamiento.
José Losa describió el incidente como «un momento de nervios y un gran susto para los padres”, quienes recuperaron la calma al ver que su hijo volvía a respirar. El agente comentó que no comprendió completamente la magnitud de su intervención hasta momentos después, reflexionando que, sin duda, había salvado la vida del niño.
La formación en primeros auxilios que reciben los policías locales les permite actuar con rapidez en situaciones de emergencia, lo que, como en este caso, puede evitar que la situación se agrave, según informó el Ayuntamiento en una nota de prensa.
El subinspector jefe, José María Monedero, también ha elogiado la actuación de Losa, destacando que, aunque su labor principal es la seguridad, los agentes están capacitados para afrontar emergencias. Enfatizó la entrega y profesionalidad del agente en este incidente, que afortunadamente tuvo un desenlace favorable.
El alcalde reiteró su enhorabuena a José Losa, quien representa el buen trabajo y el compromiso de la Policía Local de Villarrobledo. Además, felicitó a la familia del menor y al pequeño que fue atendido por el agente. Bueno subrayó que los ciudadanos se sienten seguros gracias a contar con una policía local bien preparada y profesional, que sigue capacitándose para ofrecer el mejor servicio y reaccionar eficazmente en situaciones críticas, como la que vivió este niño de 5 años.