La tarde del 11 de septiembre estuvo marcada por un intenso duelo mediático que nadie esperaba. Las pantallas de Telecinco y Antena 3 se tiñeron de candentes declaraciones y emociones a flor de piel, todo en el contexto de la reciente publicación del libro «Mar en calma», en el que Mar Flores narra su historia y su polémico triángulo amoroso con Alessandro Lequio y Fernando Fernández Tapias.
La modelo, primero en «El hormiguero» y luego en el programa «Y ahora Sonsoles», no escondió su indignación ante las afirmaciones de su expareja, quien había descalificado su testimonio durante su propia intervención en el espacio de Joaquín Prat. Lequio, en un tono agudo, reiteró que las memorias de Flores eran pura ficción y sugirió que su único interés era «blanquear la leyenda» por el bienestar de sus hijos. Sin embargo, las palabras del colaborador de Mediaset parecieron avivar aún más las feroces llamas de la controversia.
Mar, visiblemente emocionada, reflexionó sobre las duras experiencias que ha enfrentado a lo largo de su vida. «¿Cómo se permite en el año 1998 que un hombre diga que me ‘ha tratado como se merece’? ¿Qué me merezco? ¿Que me insulte?», se preguntó con frustración, rememorando el tormentoso conflicto que vivió con Lequio y Ana Obregón en el pasado. A pesar de las viejas rencores, mostró empatía al desearle a su ex que encontrara «toda la tranquilidad del mundo», recordando la devastadora pérdida de un hijo que él había sufrido.
A medida que la conversación avanzaba, Mar Flores dejó claro su deseo de un cambio en el enfoque de los medios. Con determinación, expresó su anhelo de ver «cosas bonitas» en la televisión, afirmando que la sociedad merece un tipo de narrativa más positiva. «Entiendo que hay que vender portadas, pero hay algo más importante, que es la humanidad», añadió, reconociendo que algunos programas, como el de Sonsoles Ónega, pueden ofrecer un espacio para transmitir mensajes más constructivos.
Este debate deja entrever la complejidad de las relaciones personales cuando se mezclan con la vorágine mediática. Mientras las audiencias devoran cada capítulo de este drama, los protagonistas navegan por un mar de emociones, reflexionando sobre sus decisiones y las suyas consecuencias. En una sociedad hambrienta de sensacionalismo, Mar Flores aboga por un regreso a la humanidad que muchas veces se pierde en el camino.