Ainhoa García Oyarzun, una madre española residente en Bergen (Noruega), denuncia que el 17 de junio su hijo de 11 años fue apartado de su lado por el Barnevernet, el controvertido servicio de protección infantil noruego. La intervención, que según ella responde a una persecución de años marcada por malentendidos culturales y burocráticos, ha generado indignación en redes sociales.
García había llegado a Noruega en 2019 huyendo de una relación violenta y desde entonces, afirma, ha sido vigilada de forma constante. La separación se produjo tras una decisión del Barnevernet que, según asegura, ignoró denuncias contra su expareja y su voluntad de protección como madre.
Su caso refleja la tensión entre la protección del menor y los derechos de los progenitores, especialmente en familias migrantes. En los últimos años, más de 30 casos similares han llegado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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